En medio del drama de Samaná, invadida por la ferocidad del viento, el mar y el diluvio traídos por el implacable huracán; en medio del dolor y el espanto de los que se refugiaron en una iglesia de pobres para suplicar compasión a María, la reportera Shaira Castillo abandonó libreta, bolígrafo y grabadora para amamantar a un recién nacido y así salvarlo de la muerte por hambre. De esta manera, imbuida de noble sensibilidad, la reportera Shaira Castillo produjo la mejor noticia de su vida, que todos sus colegas debemos elevar con orgullo, al expresar el más trascendente deber humano: la solidaridad.