Para humanizar las matanzas de animales y salvar el honor de la ley 284-12, que propone protegerlos selectivamente, propongo que, para no matar vacas, cerdos y chivos a puñaladas, simplemente los hipnoticen y les ordenen morir de risa; que en las granjas se difundan los discursos de Amable Aristy y Abel Martinez, para que los pollos se suiciden en masa, y que adoctrinen a los gallos en el pacifismo y el respeto a los derechos gallunos. Pero que se exima de todo castigo a los jockeys, pues los caballos son masoquista y lo que más les gusta es que les golpeen las nalgas y los espueleen en las costillas.