No hay nombre mejor para ese espacio de infinita belleza por el verdiazul de sus aguas; por la frescura transparente de su brisa; por su delicada fragancia de marisma; por la tersa calidez de su oleaje; por la arena que rinde homenaje a la blancura; por el cielo abierto al alegre vuelo de las aves; por el horizonte abierto a los velámenes y por el cielo que cobija la paz que todo esto regala generosamente a los humanos…No hay nombre más apropiado, digo, para ese hermoso patrimonio nacional robado, que Bahía de los Buitres.