Si Gregorio Luperón, Gaspar Polanco, Santiago Rodríguez y sus compañeros, que tenían los juegos muy pesados, revivieran en estos tiempos, y vieran lo del desastre eléctrico y de salud; y vieran la comida y su precio; y vieran lo de la justicia y sus entuertos; y vieran la República y sus nuevos dueños; y vieran toda esta corrupción e impunidad. Si vieran todo esto, estoy seguro de que, iracundos, desenvainarían sus sables y acabarían con el entretenimiento politiquero de quién fue quién y qué hizo o no hizo cada quien en su turno de gobierno. Estoy seguro de que no entrarían a ese juego y rodarían muchas cabezas.