Nueva York.-El casi finalizado año 2015 será memorable, entre otras cosas, por los logros alcanzados en la indetenible lucha contra la corrupción y la impunidad a nivel global. El presidente Otto Pérez Molina de Guatemala y el ex presidente salvadoreño Francisco Flores, fueron arrestados por corrupción.
Iniciando el 2016 Honduras tendrá instrumentos contra el dolo.
En Guatemala funcionó una comisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Honduras están creando una similar, auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA). El gobierno de los Estados Unidos, que desmanteló la mafia corrupta que controlaba la Federación Internacional de Futbol (FIFA) apoyó las dos comisiones que funcionaron en Centroamérica.
La ONU y la OEA, asumidos como perros que ladran y no muerden, ahora toman un protagonismo real.
En el 2016 debemos asumir la corrupción como lo que es, un crimen contra la humanidad. Los funcionarios corruptos deben pagar, no solo el dinero que se roban, también por las muertes que provocan sus actos mafiosos. Quien se roba el dinero de la salud pública, es el responsable directo de las muertes que se produzcan por falta de servicios médicos, y debe pagar por eso.
Guatemala, El Salvador, y ahora en Honduras, demuestran que la corrupción y la impunidad son controlables.
En enero comenzará a funcionar una comisión independiente con poderes especiales contra la corrupción en Honduras, autorizada por el presidente Juan Orlando Hernández. La comisión rendirá informes semestrales y tendrá autoridad para arrestar funcionarios corruptos. Los pueblos hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, tomaron las calles demandado acciones concretas contra la corrupción y la impunidad.
Guatemala, El Salvador y ahora Honduras, demostraron que es posible castigar la corrupción y la impunidad, ningún “nazi-onalismo” puede reclamar “soberanía” para proteger a los políticos ladrones.
El ejemplo de Centroamérica debe replicarse en el continente.