Olvidémonos de campañas, democracia interna, promesas, discursos, mítines, caravanas, fiestas y bemberrias…Con las primarias abiertas (eso ya se cocina en “mi” Congreso) elegir con masas de desarrapados un candidato presidencial en  cualquier partido opositor, según convenga a Danilo (y que Leonel mejor se meta a la Orden de los Carmelitas Descalzos), será sumamente fácil: lo único que se necesita es mucho dinero…y eso es lo que sobra en el Palacio: desde la Tarjeta Solidaridad, el Bono Luz y el Bono Gas, hasta quinientos pesos y un picapollo antes o después de votar por quien te digan que votes.