La meta en materia de saneamiento de la cuenca hidrográfica de Santiago, especialmente del Arroyo Gurabo no puede ser a “medias tintas”, sino radical: recolectar y tratar el 100% de las aguas residuales. Es tarea urgente recuperar esta subcuenca que se constituye en un verdadero río que nace en la cordillera septentrional y surca la ciudad del nordeste hacia el oeste, cruzando los grandes barrios de Villa Verde, Gurabo, Los Santos, Los Ciruelitos, Gurabito, Ensanche Bolívar y Ensanche Bermúdez y confluyendo en el Yaque del norte.

El Arroyo Gurabo debe constituir por mandato legal y ordenanza municipal, el eje norte de un verdadero anillo verde urbano de Santiago. Tiene una longitud de 8 kilómetros (De la Avenida Circunvalación Norte al Yaque) y el perímetro de la parte alta de la minicuenca se extiende unos 17 km cuadrados lo que representa un área de 1,700 hectáreas. Este cauce se ubica en las Unidades Zonales de Planificación 3 y 1 del Ordenamiento Territorial de la ciudad, nace en la UZP 3 y desemboca en la UZP 1. Es la única de las 8 subcuencas de Santiago que se dirige hacia el centro de la ciudad y su entorno inmediato (Gurabo), pero también tiene muchas importantes cañadas aisladas que han sido en materia urbanística, muy maltratadas.

El crecimiento urbano de Santiago que se extiende hoy por un área metropolitana superior a los 103 km cuadrados generó en los últimos 40 años, graves alteraciones en la calidad del agua de la cuenca de Santiago. Las excretas y secreciones de poblaciones de extrema pobreza se constituyen en verdaderas bombas contaminantes. Las masivas descargas directas de aguas “negras” de las viviendas más los efluentes industriales y residuos sólidos que se lanzan al arroyo Gurabo, hacen que esta subcuenca sea una de las más contaminadas de Santiago.

Arroyo Gurabo

La crisis de recogida de basura agrega otra grave contaminación. Son tiradas en los arroyos y cañadas de Santiago, alrededor de 30 toneladas por día de basura, recibiendo el arroyo Gurabo unas 10 toneladas diarias (20 mil libras/día). Los niveles de fosforo, nitrógeno y amonio están aumentados en más de 250%, los que se suman a la gran cantidad de coliformes totales que por el orden de los 9 millones 300 mil nmp/100ml llegan al Arroyo Gurabo, valores que alteran gravemente la concentración de Oxigeno Disuelto OD y Demanda Biológica de Oxigeno (DBO).

Tanto en el Plan de Cuencas de Santiago impulsado por CORAASAN y CDES, como en las operaciones de impacto analizadas en el contexto de iniciativa ICES-BID, en conjunto Ayuntamiento y CDES, se han propuesto acciones y proyectos concretos entorno al Arroyo Gurabo. Intervenciones que se han formulado visualizando el año 2020 como limite estratégico del PES 2020 y el año 2050 como horizonte mundial de adaptación al Cambio Climático. Creemos saber para donde vamos y qué queremos hacer en esta subcuenca vital de Santiago.

La recuperación integral del Arroyo Gurabo impone una intervención desde su entrada a la ciudad en el área de la cordillera septentrional donde se ubica “Camp David” y su posterior cruce por la Avenida Circunvalación Norte hasta la desembocadura en el Yaque del Norte. Sin embargo deben priorizarse fases de intervención. Es de rigor además manejar muy bien, la topografía accidentada que facilita que este cauce genere una verdadera barrera urbana entre los barrios del norte y el centro de la ciudad.

En el Arroyo Gurabo se impone un verdadero plan maestro de gestión integral de esta subcuenca que recupere el entorno de este río urbano y cree un parque lineal estrictamente normado y preservado por el Ayuntamiento de Santiago y el Ministerio de Medio Ambiente. Es de rigor además, mitigar las inundaciones en este arroyo, impulsando un verdadero régimen de desalojo-realojo de todas las viviendas precarias en este cauce. Finalmente en el contexto de la movilidad estratégica de Santiago que pronto se impulsará con el apoyo del BID, debe diseñarse un plan zonal de movilidad en todo Gurabo en coherencia con las intervenciones propuestas para esta subcuenca. En eso estamos.