Para el año de 1954 Henri Grouès, más conocido como el Abate Pierre (Abbé Pierre en francés. 1912-2007), fundó la  Compañía de Emmaus con el objetivo de trabajar a favor de las personas en riesgo exclusión e indigentes de Francia, cuyas penurias aumentaban en el frio invierno galo.

En ese contexto, el Abate Pierre solicita al diseñador Jean Prouvé el diseño y construcción de unas viviendas de aproximadamente 50 m2 para alojar a estas personas en necesidad. Prouvé ideó un tipo de vivienda, que inspirada en sus proyectos industrializados, diera respuesta a esta necesidad.

¿Solución eficaz? 

Una de las ventajas sobre las que hemos ido hablando en las últimas semanas, inherente a la arquitectura ligera industrializada, es precisamente la facilidad de dar respuestas a necesidades de alojamiento de contingencia.

En el caso del proyecto altruista del Abate Pierre, una especie de Teresa de Calcuta para los franceses, este tipo de arquitectura dio respuesta a una idea de alojamiento para los necesitados en tiempos de frio que resultaba rápida, confortable y digna, y evidentemente quien más podría acometer la empresa que el diseñador por excelencia de la arquitectura industrializada y ligera de aquel tiempo: Jean Prouvé.

Por diversas razones, quizás más políticas que técnicas, las casas “Les jours meilleurs” (“De los mejores días”) como verdaderamente se llamaban, no tuvieron la aceptación esperada y no cumplieron su cometido como solución habitacional. Aún con esta circunstancia, la solución fue rápida y eficaz en términos constructivos.

Otra realidad 

En la República Dominicana no se registran temperaturas extremas pero si contamos con muchos indigentes y familias enteras en riesgo de exclusión social. Es habitual que para estas fechas los corazones indiferentes de los que mejor estamos se muevan a compasión….ojalá fuera todo el año.

De acuerdo a los propios datos del PNUD, del total de habitantes de nuestro país, un 8% vive en la pobreza extrema y más de un 30% en el nivel de la pobreza.  Si son ciertos estos datos y si es cierto que hemos reducido el nivel de pobreza frente a mediciones anteriores, solo nos queda pensar que es mucho el camino que nos queda por recorrer.

La función del gobierno, a propósito del mensaje del Presidente Medina, es procurar que cada dominicano tenga unas condiciones de vida digna, y entre ellas está una vivienda digna. Es cierto que esto entra dentro de la “utopía” de: Salud, empleo, educación y vivienda… Una “utopía” que a los que no estamos dentro de la cosa pública nos parece realizable, pero que parece que a los que manejan el Estado les resulta más que complicado.

En países como la Francia de los años 50, instituciones paralelas al estado francés como la Compañía de Emmaus  (o Emaús) procuraron mediante una arquitectura fácil, dotar de viviendas a personas desprotegidas, en la Rep. Dom. del 2016 es posible conseguir esto con un poco de voluntad política, como la que a todas luces tiene el gobierno actual…pero que es importante intensificar.

Una buena solución, de mediano plazo, pueden ser viviendas ligeras; una solución a largo plazo pueden ser viviendas pesadas…y la prefabricación una opción de construcción y desde luego no la única.  Dotar a un ciudadano pobre de una vivienda digna es elevar exponencialmente su nivel de vida y si el cuadro se completa con educación, salud y empleo…conseguiríamos un mejor lugar para todos….

Que los ejemplos como los del Abbé Pierre no sean la norma;  que la caridad siempre buena y siempre bienvenida no sea la norma; y que en una sociedad solidaria el Estado siga asumiendo con responsabilidad habilitar los mecanismos para que el nivel de vida de sus ciudadanos crezca sostenidamente, más allá de la buenas estadísticas…y que se ve en los rostros de las personas…

Feliz Navidad.