Se ha desatado un “corre-corre” en los círculos de izquierda y progresistas de Latinoaméricatras la victoria del candidato derechista ingeniero Mauricio Macri en las recientes elecciones presidenciales de segunda vuelta en Argentina. Este triunfo pone fin a 12 años de gestión del ala izquierda del Partido Justicialista (Peronista), primero bajo el liderato de Néstor Kirchner (1950-2010), quien gobernó de 2003 a 2007 y luego bajo la viuda y sucesora política de Kirchner, Cristina Fernández (nacida en 1953), quien es presidenta desde 2007 y traspasará el mando a Macri este 10 de diciembre.

Las reacciones al triunfo de Macri se expresan en títulos como estos:“Primera estación del retorno de la derecha al poder en América Latina” (Gilberto Lopes), “Macri y su mano invisible” (Alfredo Serrano Mancilla), “En camino al infierno” (Guadi Calvo), “Convertir el revés en victoria” (Ángel Guerra Cabrera), “Golpe contra la América Latina progresista” (Sergio Ferrari), “La restauración final del “capitalismo normal” (Juan Carlos Gómez Leyton),“La dura próxima etapa en Argentina” (Guillermo Almeyra), “Ganó la derecha: a organizar la resistencia (Patria Grande).

Argentina de Macri vs Argentina de Menem

Es preciso traer a colación que la Argentina que recibe Mauricio Macri no es la misma que recibió el anterior presidente peronista, Carlos Saúl Menem (1989-1999, actualmente de 85 años de edad), representante del ala derecha del peronismo y de ingrata recordación dentro y fuera del país rioplatense. A Macri se lo recuerda el premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel en una carta publicada este viernes “La Argentina ha marcado caminos en la jurisprudencia nacional e internacional en materia de Memoria, Verdad y Justicia, sobre los que no retrocederemos como pueblo, así como con otros derechos conquistados en los últimos años y que deberían ser profundizados”.[i]

Raúl Zibechi describe el contraste en “La Argentina que encuentra Macri: Una sociedad organizada y movilizada”[ii]: “La sociedad que recibe a Macri es bien distinta a la que encontró Menem a fines de la década de 1990. Su gobierno deberá lidiar con una nueva conciencia social y con miles de organizaciones de base que ya empezaron a ponerle coto a su gestión… La reacción de los trabajadores del diario La Nación al editorial publicado el lunes 23 titulado “No más venganza”, donde se justifica el terrorismo de Estado como respuesta “al pánico social provocado por las matanzas indiscriminadas perpetradas por grupos entrenados para una guerra sucia”, muestra que el gobierno de Mauricio Macri no va a tener respiro si intenta implementar su política de revisión de todo lo hecho por kirchnerismo. El editorial agrega que “la elección de un nuevo gobierno es momento propicio para terminar con las mentiras sobre los años 70 y las actuales violaciones de los derechos humanos”, señala el texto.

Cristina Fernández, Michelle Bachelet y Dilma Rousseff
Cristina Fernández, Michelle Bachelet y Dilma Rousseff

Carlos Menem asumió el mando antes de lo previsto, el 8 de julio de 1989, por la crisis terminal del saliente gobierno de Raúl Alfonsín, despedido por la hiperinflación que lo forzó a un retiro anticipado. A lo largo de ese año el peso se depreció 2.038 por ciento con picos inflacionarios del 75 por ciento mensual. La pobreza trepó del 25 por ciento de la población hasta el 47 por ciento.

Desde 2010, cuando la ocupación del Parque Indoamericano por miles de necesitados de vivienda, este movimiento se ha reactivado y renovado. Sólo en 2015, hubo 300 mil en la marcha Ni una menos en junio en Buenos Aires; 65 mil en el 30° Encuentro de Mujeres en Mar del Plata, en octubre; y más de 20 mil en la 9ª Marcha de la Gorra contra la represión, en Córdoba.

Con este archipiélago tendrá que vérselas Macri. Una galaxia de islas y arrecifes que le van a dificultar la navegación, le impondrán cautela y tiempos distintos a los que desearía imponerle a su gobierno. Si las desafía, si las pretende aniquilar, debe pensar en una larga y profunda tradición que atraviesa la historia del país, desde la Semana Trágica de 1919 hasta el Cordobazo de 1969. Los argentinos de abajo acuñaron el concepto de pueblada, para nombrar una práctica convertida en recurso colectivo ante el autoritarismo.

Gobiernos “progresistas” y sus logros

Comenzando el siglo y con él el venezolano Hugo Chávez, fueron instaurándose en Latinoamérica gobiernos que en su momento se denominaron progresistas: Nicaragua, El Salvador, Perú, Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Ecuador, Bolivia. La mayoría de los gobiernos democráticos populares que predominan hoy día en América Latina se originaron en fuerzas de izquierda o con fuerte apoyo de izquierda. De hecho, en algún momento cinco de los jefes de Estado habían sido guerrilleros durante las dictaduras que azotaron a sus respectivos países décadas atrás. Algunos, obviamente, dieron giros que no permitirían calificarlos de progresistasen estos momentos.

Nicolás Maduro
Nicolás Maduro

Todos ellos, sin embargo, se caracterizaron por lograr avances en la redistribución del ingresomediante la aplicación de políticas de combate a la pobreza, a favor de la educación, la salud, el empoderamiento de capas rezagadas de la población. Los casos más notables en este aspecto fueron los de Brasil, Bolivia y Venezuela. En Argentina se trató de, por lo menos, rescatar la economía nacional de las garras de los sectores más agresivos del capital internacional y del FMI. La política de Lula da Silva encarnada en el lema “Comer es primero” y la de Néstor Kirchner de que no pagaría la deuda quitándole la comida de la boca al pueblo argentino, tuvieron impacto positivo en su momento.

En el caso de Bolivia, la permanencia de Evo Morales puede explicarse por sus logros económicos a favor de las capas más depauperadas de una población 90% indígena subyugada por siglos de exclusión. “Los avances económicos que ha logrado el gobernante parecen explicar su capacidad de permanencia en el poder, pues la pobreza extrema experimentó una gran caída del 39% en el 2005 al 18% en el 2013, y la finalidad es erradicarla por completo para el 2025”, explicaErika Galípolo.[iii]No sorprende que Morales, él mismo un indígena,  fuera reelecto con 61% de los votos contra 24% de su principal oponente.

La socióloga Silvina Merenson destaca el caso de Uruguay tras 10 años de gobierno del Frente Amplio: “A través de políticas públicas de amplio alcance 900,000 personas salieron del umbral de la pobreza, se adjudicaron 38,000 viviendas y se inició una transformación en la formación e inclusión digital que fue modelo en la región”.[iv]

Se agota el modelo o se cierra el ciclo

Aunque en Argentina la derrota del peronismo en su actual versión kirchnerista puede considerarse por estrecho margen, Macri 51.4% frente a 48.6% de Scioli, lo cierto es que el modelo progresista pierde fuerza en Latinoamérica, pierde fuerza o las fuerzas del capital ganan, según como se mire.

Hay quienes hablan de que llegamos al final de un ciclo y otros que es el agotamiento de un modelo.

Pienso, por mi parte, que no hay nada nuevo. Lula y Dilma en Brasil y los Kirchner  en Argentina son expresiones nacionales de la Socialdemocracia[v]. Esta es una tendencia política que surgió en la segunda mitad del siglo XIX yse diferencia de otras concepciones del socialismo. Por cierto, de todos estos líderes “progresistas” el único que ha hablado de socialismo ha sido Hugo Chávez (1954-2013), y de comunismo ninguno.

Rafael Vicente Correa (nacido en 1963) presidente de Ecuador desde 2006 (su actual mandato termina en 2017) y catalogado como progresista, aboga por una revolución ciudadana. Una reseña extraoficial de su gestión dice: “El Gobierno de Rafael Correa se ha denominado como Revolución Ciudadana, nombrándose así por las amplias reformas políticas, económicas, sociales, educativas, etc. que ha implantado desde el inicio de la gestión en el 2007 para la aplicación de una forma de socialismo del siglo XXI en Ecuador.

La administración de Rafael Correa inició el 15 de enero de 2007 e inició con la convocatoria de una consulta popular para que la ciudadanía decidiera si quería una Asamblea Nacional Constituyente[] siendo aprobado y promulgada la actual constitución en el 2008, que lleva por nombre Sumak kawsay. Durante su Gobierno ha habido gran inversión pública para infraestructura de entidades públicas, carreteras, seguridad y desarrollo social. Produjo grandes cambios políticos y estructurales en el país, mediante la aprobación de nuevas leyes como el Código monetario y financiero, etc., que le han otorgado mayor protagonismo y control del Estado en la economía, además de promover la modernización y re estructuración de la función judicial. Su Gobierno ha causado controversia por su relación con los medios de comunicación privados, a quien Correa considera sus opositores.[vi]

Hay quienes atribuyen el éxito de los proyectos progresistas al “boom de las materias primas”, la abundancia de ingresos externos generada por los altos precios de los commodities en los mercados mundiales, lo que ayudó mucho a Latinoamérica a capear la crisis mundial originada en 2008 con la explosión de la burbuja bursátil en Estados Unidos. Eso explicaría, en parte, el descenso en la popularidad de los gobiernos que rigen las economías extractivistas que, como Venezuela, dependen de dos o tres renglones de exportación. A Venezuela muchos desde la izquierda la acusan de no impulsar los ajustes necesarios para que el país vaya soltando las amarras que hacen depender su estabilidad de las exportaciones y sea vulnerable a los embates externos.

Mea culpa

Los intentos desestabilizadores de la derecha conservadora son una realidad, pero los gobiernos progresistas de América Latina deben superar las teorías conspirativas y admitir sus propios errores ante la llegada de un "nuevo ciclo", opina el diputado chileno Marco Enríquez-Ominami, uno de los principales exponentes de la izquierda latinoamericana. Agregó que él observa una "desesperación" de los sectores conservadores de la región por volver al poder, aunque sin ofrecer alternativas, pero también advirtió con la necesidad de una autocrítica de la izquierda por no haber batido la desigualdad en una época de bonanza.Hay un debate en América Latina sobre si estamos en un mal momento o ante un nuevo ciclo, y yo creo que estamos frente un nuevo ciclo, pues las tasas de crecimiento promedio de cuatro puntos se acabaron y el control de la inflación se acabó.Y este nuevo ciclo que viene ahora va a requerir mucha integración para desafíos gigantescos como la infraestructura, la integración política, no solo económica, la ciencia y la tecnología.

Creo que se cerró un ciclo y estamos en un momento muy complejo, también porque los liderazgos políticos están pasando por momentos muy difíciles, casi todos.

Yo creo que hay buena parte de los conservadores del continente que decidieron, ya sea por la vía judicial, ya sea por la de tensar y polarizar, derrotar a esos gobiernos progresistas.

Pero también convengamos que esos gobiernos progresistas, aunque hicieron tremendas reformas contra la pobreza, fueron mucho menos exitosos en derrotar la desigualdad y aún menos exitosos en fortalecer los sistemas políticos.[vii]

Rafael Correa y Evo Morales
Rafael Correa y Evo Morales

Tres más podrían caer

La opinión del diputado chileno Marco Enríquez-Ominami sobre la ausencia de fortalecimiento institucional en los países gobernados por coaliciones progresistas se ve claramente en Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador y, aunque un poco tenue, en Brasil. La mayoría de los regímenes progresistas del continente se halla, como decimos los dominicanos, “en salmuera”, debido en parte a este factor. A Rafael Correa la última modificación a la constitución de Ecuador le impide reelegirse cuando concluya su mandato en 2017, lo cual pondrá en peligro la “revolución ciudadana”, en ausencia de un líder de su estatura.[viii]

En Venezuela, independientemente de la guerra económica sin tregua que sufre el país, es evidente que la desaparición del líder Hugo Chávez ha dejado un vacío que el triunvirato formado por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Rafael Ramírez no ha podido llenar. Las elecciones locales del próximo 6 de diciembre serán decisivas y los pronósticos apuntan a una derrota del gobernante Partido Socialista, con graves consecuencias sobre la gobernabilidad y los proyectos de la autoproclamada Revolución Bolivariana. La corrupción, la guerra económica y la incapacidad del liderazgo jugaran un papel preponderante en el resultado de estos comicios.

En Bolivia, informa El País del 23 de septiembre: “Una comisión de senadores y diputados ha aprobado este martes el proyecto de reforma constitucional para autorizar al presidente boliviano, Evo Morales, a postularse una vez más a la presidencia en 2019. La ley debe ser ratificada en el pleno de la Asamblea Legislativa por dos tercios de sus votos. La comisión decidió que el referendo popular que debe validar o rechazar la reforma se realice el 21 de febrero del próximo año”. Está en duda que Evo gane este referéndum, tras una derrota en un evento similar este año.[ix] Y en Bolivia tampoco hay un líder que se le equipare a Evo.

En Argentina, el candidato peronista,Daniel Osvaldo Scioli, carecia del arrastre de la popular Cristina Fernández. Además, sus propuestas económicas, como señalaron los observadores,  apenas se diferenciaban del candidato opositor.

En cuanto a la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, todavía no ha escapado a la posibilidad de que sea derrocada por un “golpe blando” cuya maquinaria no se ha desmontado todavía, pese a las amplias concesiones que ella le ha hecho al imperio y a la derecha. La caída económica mundial actualmente en marcha le ha hecho mucho daño a Brasil.

El diputado chileno Enríquez-Ominami explica el hambre de poder de la derecha: “Creo que es innegable que hay una derecha que ha sido derrotada en Venezuela en 19 elecciones, y que en Brasil lleva más de 12 años fuera del poder. Lo mismo sucede en muchos otros países.Es evidente que hay grupos conservadores que se están comenzando a desesperar porque sienten que el modelo neoliberal está seriamente en jaque, por lo cual, no me parece sorprendente y es previsible que haya intentos desestabilizadores”.

[i] El texto completo en este enlace http://www.mdzol.com/nota/643503-la-carta-de-perez-esquivel-a-mauricio-macri/

[ii]http://brecha.com.uy/una-sociedad-organizada-y-movilizada/

[iii]http://enpositivo.com/2015/01/los-gobiernos-progresistas-avanzan-en-latinoamerica/

[iv] Ídem

[v]La socialdemocracia es una ideología política que procura un Estado de bienestar universal y la negociación colectiva dentro del marco de una economía capitalista.

[vi] Enlace https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Correa

[vii] Entrevista completa en el enlace http://mundo.sputniknews.com/entrevistas/20151010/1052348607/derecha-desestabiliza-america-latina.html#ixzz3spjFI9Ev

[viii]“Una transitoria impediría a Correa reelegirse en 2017”. La transitoria que impide la postulación de un cargo público por más de 2 períodos regiría desde el 24 de mayo de 2017. El telégrafo, 19 de noviembre de 2015

[ix]http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/23/actualidad/1442963394_926641.html