Sépanlo los países en guerra; sépanlo los países dominados por el narco asesino; sépanlo los países bajo violencia criminal por largas décadas: no tenemos nada qué envidiarles, pues  el cuatro por ciento de los casi once millones de dominicanos de cualquier edad posee un arma de fuego para lo que sea. Sepan claramente que, según datos oficiales (que siempre se quedan cortos), casi 400,000 hombres y mujeres de este pueblo otrora pacífico y sencillo llevado poco a poco a la barbarie están dispuestos a matar, sea con alevosía criminal o en su propia defensa. (Sí…Tiene razón: esto se jodió).