La pandemia de la COVID-19 mostró lo vulnerable de las instituciones educativas; la urgencia pedagógica frente a curricula poco adaptables; la innegable presencia de la tecnología como suplencia del aula tradicional, y el rol de los docentes. Unido a esto, los hogares y las dinámicas propias de cada familia marcaron ritmos de aprendizaje e hicieron repensar la fallida propuesta de la educación en casa (Rodríguez Rodríguez, 2020).

Afirma este autor que los docentes, aunque sean muy criticados, son imprescindibles en el aprendizaje de los estudiantes. Y agrega que en los nuevos modos de realizar escuela sin aulas físicas y control directo sobre los grupos, entre otros aspectos, la tecnología mostró cuán frágil es la situación de muchos docentes en temas de pedagogía, uso de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), trabajo colaborativo y evaluación.

En la actualidad las personas tienen grandes oportunidades de aprender, ya sea de manera formal o informal a través de Internet y de las TIC. Pero ojo, si no se tienen estrategias establecidas la tecnología puede convertirse en un distractor en el aprendizaje, pues esta por sí sola no garantiza aprendizajes significativos. Y cabe señalar que el aprendizaje ya no sucede únicamente en las aulas, sino que puede desarrollarse en espacios físicos y virtuales, y gracias a la tecnología el conocimiento es global, instantáneo e interconectado.

Durante muchos años permanecieron como únicos los procesos de  enseñanza y aprendizaje presencial y a distancia. Sin embargo, con la aparición de la Web 2.0 y las TIC,  en los últimos tiempos han surgido diversas modalidades de enseñanza  y aprendizaje, Al respecto, los estudiosos argumentan que cada vez que se desea aplicar un nuevo tipo de tecnología a los procesos de enseñar y aprender surgen nuevos paradigmas para orientar el uso, diseño, implementación y evaluación de dichas tecnologías. En base a esta tendencia, se ha venido experimentado un cambio de paradigma del aprendizaje electrónico convencional (e-learning) al aprendizaje móvil (m-learning) y de este al aprendizaje ubicuo (u-learning).

El termino ubicuo procede del latín ubique y quiere decir en todas partes. Si a esta palabra se le incorporan aspectos que tienen que ver con lo educativo, se identifica con lo que se conoce como aprendizaje ubicuo, que el marketing lo resume con el slogan: “Aprendizaje en cualquier momento y lugar” (Acuña, 2020).

El aprendizaje ubicuo emplea tanto la tecnología fija como la móvil y representa la evolución y madurez del aprendizaje electrónico acorde con el desarrollo de las TIC. Emerge como una alternativa para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, pues la enseñanza se puede producir en cualquier ubicación porque los estudiantes pueden aprender en cualquier lugar conectado a través de cada una de estas tecnologías. Este aprendizaje en buena medida es posible gracias a los nuevos medios digitales, en particular la computación ubicua, que tiene que ver con la presencia generalizada de los ordenadores en todas las esferas de la vida y la sociedad (University of Illinois, 2009). Según Arrebola Mesa (2018), el desarrollo de los dispositivos digitales en los últimos años hace que el aprendizaje ubicuo no sea ya tan solo una posibilidad práctica sino una realidad.

El concepto de aprendizaje ubicuo fue desarrollado por primera vez por Nicholas C. Burbules, investigador de la Universidad de Illinois, quien puso de manifiesto los cambios que se están produciendo en relación con los procesos tradicionales de aprendizaje, ya que se están diluyendo las fronteras entre el aprendizaje formal y no formal.

La bibliografía académica vincula el concepto de aprendizaje ubicuo a técnicas de enseñanza que se valen del uso de dispositivos móviles como las tabletas y teléfonos móviles inteligentes. Y diversos  autores  señalan  que  la  importancia del aprendizaje ubicuo está en la deslocalización y en la intemporalidad en los procesos de  enseñanza y  de aprendizaje.

Entre las características del aprendizaje ubicuo se destacan la: (1) Movilidad. Cada estudiante puede conectarse y acceder a la información en cualquier momento y situación; (2) Interacción. Potencia las acciones interpersonales y se crean comunidades de redes telemáticas en los grupos; (3) Colaboración. Permite la interrelación con otros participantes en las actividades de aprendizaje; (4) Informalidad. Constituye aprendizajes que se sujetan a cualquier contexto mediado por la Internet, los dispositivos móviles y otros; (5) Flexibilidad. No tiene rigidez de horarios, rutinas o espacio para el estudio y aprendizaje; (6) Los contenidos se pueden llevar, almacenar o enviar a cualquier plataforma física o virtual, pues se reducen las distancias con lo tecnológico.

El aprendizaje ubicuo es resultado de la influencia de dos enfoques: el aprendizaje continuo y el aprendizaje personalizado/adaptativo. Esto le permitió evolucionar hacia  un  concepto educativo. El aprendizaje continuo aboga por aprender en cualquier momento y en cualquier lugar. Es  más  un  hábito  mental  del  estudiante para conseguir  un flujo  continuo  de  aprendizaje  en  todos  los  contextos,  y puede  ser mediado o  no  por la tecnología. Mientras que el personalizado/adaptativo considera las  características  individuales y las  necesidades de  los  estudiantes, para  promover actividades  de  aprendizajes  significativos  y  relevantes  para  estos,  las  cuales  a menudo  son  autoiniciadas. También  puede apoyarse o no en las tecnologías, pero si lo hace serán recomendaciones basadas en las preferencias de los estudiantes.

La pandemia obligó la incorporación definitiva de las TIC a la educación en todos los niveles educativos. Aunque también se cree que aún falta un largo camino de definiciones y discusiones en torno a sus usos en el ámbito educativo.

En cuanto al aprendizaje ubicuo, en su variedad de modalidades, se afirma que es un paradigma educativo propio de las sociedades postindustriales, pioneras en el rubro de conocimiento e información, que adquiere trascendencia gracias al importante papel que han tomado las TIC en el ámbito educativo, pues han potencializado el aprendizaje a través de sus dispositivos pedagógicos, herramientas y estrategias didácticas. También se afirma que es incuestionable que el aprendizaje ubicuo es una forma de aprendizaje que ofrece grandes oportunidades a docentes y estudiantes, ya que les proporciona otra manera de programar actividades y de utilizar una metodología usando el potencial de las TIC.

Por último, se advierte que la posibilidad de potenciar la práctica del aprendizaje ubicuo en la escuela dominicana, será uno de los desafíos para los maestros y profesores el próximo año escolar 2021-2022, ya que la distribución de dispositivos móviles que el Ministro de Educación, Roberto Fulcar Encarnación, personalmente está entregando al magisterio nacional, según se ha visto en la prensa, constituyen el material imprescindible que se requiere en esta manera de aprender en todo momento y en todo lugar, en este largo camino hacia la calidad educativa que demanda el país y sería un desperdicio desaprovecharlos. Los docentes que no lo han hecho tienen la oportunidad de incorporar el aprendizaje ubicuo a su práctica cotidiana, los estudiantes serán sus aliados.