“Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”. (John F. Kennedy).

Recientemente, más específicamente, el 30 de diciembre del 2018, el presidente Danilo Medina emitiría el Decreto 453-18 que consagra el año 2019: De la Innovación y la Competitividad. El referido Decreto tiene como objetivo: a) Facilitar el Comercio; b) Simplificar las regulaciones; c) Optimizar y transformar los procesos productivos; d) Aumentar las exportaciones; y, e) Profundizar las alianzas público-privados. En el 2018, definido como el Año de Fomento a las Exportaciones, el gobierno dictó seis decretos que servirían de zapata a la problemática de la competitividad.

Es pertinente esbozar algunos de esos decretos para poder contextualizar el 453-18 y por ende ubicarnos dónde estamos, qué esperamos y qué podemos lograr. Entre ellos encontramos: 260-18 que configuraría la reducción de 16.5 días a 3 para la oficialización de una empresa. El 259-18 para la creación de la Ventanilla única de permisos de construcción que conllevaría la reducción de la permisología de 188 a 45 días. El 258-18 vendría a diseñar el Plan Nacional de Mejora Regulatoria, la esencia de ese importante decreto es determinar los costos y beneficios de la actividad regulatoria con respecto al PIB. Al mismo tiempo se dictaría el 384-18 cuya especificidad y verdadera singularidad es la mejora de servicios de la logística. Finalmente, el 421-17 que trata de facilitar el comercio mediante la creación del Comité Nacional de Facilitación del comercio engarzado con la Organización Mundial del Comercio.

El sector empresarial deberá pronunciarse, no de la validez y pertinencia de los mismos sino de los resultados y asumir una permanente y sistemática evaluación, más allá de la agenda política coyuntural y de los intereses corporotocráticos que la envuelven. Como sociedad debemos dejar atrás la cultura del inmediatismo, el culto al pasado y al presente en la praxis social sin vislumbrar los acontecimientos del futuro. La visión en el compromiso con el futuro.

¿Qué es la competitividad? La Competitividad para Idalberto Chiavenato “Es el grado en que una organización en condiciones justa y libre del mercado puede producir bienes y servicios que son aceptados en los mercados internacionales”. Para el Foro Económico Global, a través del Índice de Competitividad, nos define Competitividad como “el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país”. Exportaciones+Innovacion+Competitividad constituyen el trípode, la triada, en que se configura el soporte de un país para lograr el crecimiento económico sostenible real y el verdadero desarrollo. Sencillamente, hoy en día, no puede entenderse el crecimiento de una economía a través de su mercado interno vía el consumo. Tiene un límite pues esa modalidad no produce permanentemente los dólares para ese consumo en el espacio de las importaciones. En Chile las Exportaciones representan el 60% de su economía. En cambio, en Dominicana, la misma no sobrepasa el 13.8% del PIB nominal en el 2018. Las Exportaciones más altas como porcentaje del PIB nominal fueron: 2013 con 15.2% y el 2014 con 15.2%. Ya para los años 2015, 2016 y 2017 estuvieron en: 13.8%, 13.6% y 13.3% respectivamente.

Cuando la economía crece sin que opere hoy en día un crecimiento significativo de las exportaciones, se produce una burbuja, un drenaje, donde los déficits fiscales y el endeudamiento son los instrumentos, los “motores” que operativizan el mismo, dependiendo, en gran medida, de factores externos para su peso gravitacional. Más exportaciones expresa más innovación, más competitividad. Una posición competitiva solo es dable merced a la Innovación y la Competitividad, piezas claves en las herramientas para mantener cierta ventaja competitiva. En el mundo de hoy, global, la ventaja comparativa no se convierte en un plus si no añadimos ventaja competitiva. Ventaja competitiva que es soñar despierto, que es creatividad, talento humano, que es verdadero compromiso, que es arriesgarse, que es asumir una autoestima social colectiva, romper con las creencias limitadoras y los modelos mentales petrificados. Es dejar atrás el desprecio por la diferencia.

La Innovación entendida como la capacidad de hacer algo nuevo, de modificar un producto o servicio, de crear y ensanchar nuevos mercados, de mejorar un proceso, de obtener nuevas tecnologías. De ahí es que la Innovación y la Creatividad vayan de la mano. La creatividad es la capacidad de crear ideas nuevas, la innovación la puesta en práctica de la creatividad. Una no puede existir al margen de la otra. Competitividad es proceso, estrategias y tecnologías.

Para avanzar en la visión de la Innovación y la Competitividad requerimos mejorar denodadamente todo lo que atañe al Capital Institucional en el que se encuentran: 1) La Efectividad Gubernamental) La Calidad Regulatoria del Estado, c) el Imperio de La Ley, y, d) El Control de la corrupción. Los Pilares de la Competitividad, en sus tres componentes, tienen que asumirse ejemplarmente: BASICOS (Instituciones, Infraestructuras, Macroeconomía, Salud-Educación); Mejora de Eficiencia (Mercado, Tecnología, Negocios); INNOVACION (innovación). De las nueve dimensiones que engloban los pilares de la competitividad andamos cojos y paralíticos en seis.

Para ser competitivos como país tenemos que asumir lo que Andrés Oppenheimer nos refiere en su libro Cuentos Chinos: a) Acuerdos sociales: entre partidos, gobierno-empresarios-sindicatos; b) Apoyo gubernamental a las investigaciones científicas y técnicas que tuvieran posibilidades comerciales; 3) Abaratamiento de las telecomunicaciones; d) Estimulación de carreras universitarias de Ciencia y Tecnología; 5) Planes de gobierno a largo plazo; 6) Productos sofisticados no solo de materia prima; 7) Baja delincuencia; 8) Previsibilidad (estabilidad); 8) Programas de gobierno basados a largo plazo, planificado; 9) Estimulación de la enseñanza del inglés.

Necesitamos más y mejor Capital humano. El Capital humano transformado en Talento. El Talento se verifica en la productividad y en la capacidad de empleabilidad, obtenida en su transformación constante con la formación y capacitación, que dibuja y grafica las competencias en cada situación, en cada contexto. En el año de la Innovación y de la Competitividad deberemos acercarnos seriamente como país a los informes que se han producido en el 2018: The Economist, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Foro Económico Global, Barómetro de Las Américas de Transparencia Internacional, Latinobarómetro y Oxfam.

Deberemos tener un compromiso cierto con el país y respetar y hacer respetar la Constitución. No es posible tener un monopolio del transporte de carga tan caro y solventado en el miedo. No es posible tener un sistema de energía eléctrico tan costoso y tan deficiente con promedio de apagones de diez horas por día. De igual manera, tener el precio de los combustibles de los más caros de la región, conocedores de que ello repercute en todo el andamiaje de la vida familiar, social y empresarial de la nación.

Este es el telón donde nos encontramos hoy lunes 14 de enero, que podemos dejar atrás en todo el transcurrir del 2019. Mirar con visión transformadora la industria turística con más agregado de valor; diversificar cada vez más las zonas francas, con la introducción de más producción de software, con la creación de industrias logísticas y con más avanzadas tecnologías en el sector agropecuario, crear el silencio administrativo. ¡Eso esperamos! ¡Tenemos que romper paradigmas que como decía Roger Lewin “A menudo damos a los niños respuestas que recordar en lugar de problemas a resolver”!