Al escribir sobre Ángel Haché sólo podemos recrear cuál pincel sobre una paleta que su vida es como su obra: extraordinariamente maravillosa y luminosa.Él es un artista entregado al equilibrio de las formas, y un prometedor, muy prometedor espectador de los miles de significados que sugieren las cosas, haciendo que éstas trasciendan como si se desorbitaron en un tablero de incógnitas.Él es una persona con la cual se desea fraternizar, y la superioridad profunda de su don como creador amerita que una cátedra de arte se honre con su nombre, y en la que se exprese desde el inicio: que su sencillez  lo hace digno de los mayores elogios.

Ángel Haché
Ángel Haché

Ángel sólo ama, y a diario se desplaza con una dramática huida del inmediatismo. Él, de espíritu íntimo y respetuoso de su cautiva realidad de ser un  actor que no entiende el furioso egoísmo de los otros, sólo se asigna el rol interpretativo de la libertad y de la resistencia activa sin dejar de ser un fugitivo de los espejos de la existencia donde se concentran las sorpresas, el subconsciente y el dolor que bosqueja la niebla de la angustia. De ahí,  que si retorna al reposo del sueño, Ángel solo llevaría consigo como equipaje a la amistad y el valor de lo humano como sus espectadores eternos.

Con su rostro de forjador de almas y ceremonias a través del arte del dibujo, Ángel, íntegramente, es un salvador de los linderos que los colores y las líneas  toman a través de sus manos para que comprendamos lo que somos: sólo apariencias en la oquedad. ¿Cuáles lazos sino los humanos son los que definen a un ser como él, que no desmaya en hacer latir nuestro yo a solas, cuando su versatilidad de actor y artista plástico nos hace ser soñadores de corazón, soñadores de imaginación, pero en fin, soñadores de cada fibra de la plenitud de la belleza?

Cristo, de Ángel Haché
Cristo, de Ángel Haché

Si en algún momento se rodara una cinta cinematográfica a blanco y negro para narrar al máximun el carácter de Ángel como protagonista y personaje principal del film, sugiero que el guionista desarrolle con aliento poético la historia, y el director se empeñe en obtener  una fotográfica de excelente calidad, para presentar un primer plano de este hombre delgado desde una sola perspectiva,  aquella  que se descubre en su mirada, en su voz y en sus gestos: bondad, honestidad y amor… y añadir un subtítulo o lettering que diga: También es un hombre puro, por eso Dios hizo que Ángel dibujara su transformación en Cristo como un legado a la humanidad…