El 16 de mayo próximo pasado apareció publicado en la sección de Opinión del periódico Hoy, un comentario firmado por el doctor Tenas Reyes bajo el título: “A mi amigo Alejandro Paulino Ramos”, en el que anota, cito: “Con especial interés he leído tu amplia compilación titulada: Los intelectuales y la intervención militar norteamericana, 1916-1924, correspondiente al volumen CCC11 de las publicaciones que realiza el Archivo General de la Nación. En el referido trabajo he notado la ausencia de Joaquín Balaguer como intelectual, aunque sí aparece en la página 199 junto a otras personas”. 

Doctor Jorge Tena Reyes

Más adelante el doctor Reyes apunta: “Puede informarse, de manera inequívoca, que el joven Joaquín Balaguer Ricardo, no solo combatió con su verbo la intervención norteamericana, sino también con la pluma y para muestra de ello sería suficiente leer el artículo titulado: “Mr. Hughes y el Plan de Esclavización, por el citado diario La Información, el 27 de septiembre de 1923”.

Estoy completamente de acuerdo con mi amigo Tenas Reyes, el doctor Balaguer fue uno de los intelectuales más importantes de la ciudad de Santiago y militó en el más puro nacionalismo; pero en la publicación “Los Intelectuales y la intervención militar americana”, no se le excluyó como nacionalista ni como intelectual, que dio el frente al gobierno militar extranjero junto a otros escritores y periodistas de Santiago de los Caballeros.

El doctor Tenas Reyes menciona entre esos intelectuales a “Tulio Manuel Cestero; a Rafael César Florentino, Director del diario La Información, donde Balaguer laboraba como articulista; a Tomás Hernández Franco, a Marcos Cabral , a Rafael Bonelly Fondeur y a Pericles Franco, entre otros notables impulsores del nacionalismo en la ciudad de Santiago”, lo que es completamente cierto.

Sin embargo, deseo aclarar lo siguiente:

El propósito perseguido al preparar esta antología, fue dar a conocer una parte de las publicaciones impresas que circularon durante la ocupación militar en formato de opúsculos o folletos, poco conocidas, o de difícil localización tanto en librerías como en bibliotecas públicas del país.  La búsqueda fue ardua; muchos de los intelectuales del aquel período escribían principalmente en la prensa nacional, pero no enviaban a la imprenta sus protestas. Además, recuérdese existían disposiciones “legales” impuestas por el gobierno militar extranjero a través de la “ley de censura”, que impedían la impresión y circulación de impresos nacionalistas.

De las más de cuarenta obras escrita por el doctor Balaguer y contenidas en “La bibliografía de la historia dominicana”, publicada en tres volúmenes por el historiador Frank Moya Pons, no hay una publicada entre 1915 y 1924 en la que aparezca su repudio a los ocupantes, aunque sí en los medios de prensa aparecen numerosos escritos de su autoría que confirman su nacionalismo y oposición a la presencia norteamericana en el país. Tampoco descarto la posible existencia de sus libros relacionados con la presencia americana den Santo Domingo; pero la verdad que no pude localizarlos.

Alejandro Paulino Ramos

Realmente estas fueron las razones de que el doctor Balaguer, igual que otros intelectuales de Santiago y del país, no apareciera en la citada antología publicada en el 2017 por el Archivo General de la Nación. Y paso a explicarlo:

Si se revisara con detenimiento la antología a la que nos estamos refiriendo, en la que reúno 36 opúsculos relacionados con la primera intervención militar extranjera, se podría comprobar que tampoco incluyo en ella a Federico García Godoy ni a la maestra Ercilia Pepín. El primero por haber publicado obras muy extensas que sobrepasaban, por la cantidad de páginas de sus libros, el proyecto de publicación del AGN; véase por ejemplo El Derrumbe (1916), con 311 páginas, y Al margen del Plan Peynado (1922), con 72 páginas. En cuanto a la educadora de Santiago, porque su producción literaria, educativa y nacionalista se dio a conocer en numerosas biografías y compilaciones, entre los que sobresalen como autores los escritores William Galván y Julio Jaime Julia.

Por otro lado, la antología “Los intelectuales y la intervención militar norteamericana” no perseguía reproducir los textos de los nacionalistas, sino los que siendo publicados de manera impresa por los intelectuales, se inscribieron en el repudio a la ocupación militar, o que por el contrario, como sucede en algunos de los textos contenidos en la recopilación, se adhirieron al gobierno militar americano y defendieran con sus plumas esa ignominia.

Es oportuno aclarar, por así estar consignado en la parte introductoria de la antología a que estamos haciendo referencia, los límites de la citada producción bibliográfica:

En la parte introductoria, pagina 11, podemos leer: “Este libro reúne treinta y seis textos, que, por supuesto, no abarcan la totalidad de los publicados en el período. Se han seleccionado teniendo en cuenta su extensión y por el hecho de haber sido impresos para denunciar, oponerse y hasta justificar la intervención extranjera, entre los que sobresalen escritos de importantes intelectuales de la época, como Américo Lugo, Gustavo Adolfo Mejía, Juan Vicente Flores, Doroteo Regalado, Max Henríquez Ureña, Francisco Prats Ramírez, Fabio Fiallo, Francisco J. Peynado, Tulio A. Cestero Burgos, Federico Ellis Cambiaso, y otros no menos relevantes“.

Doctor Joaquín Balaguer

Más adelante, en la misma página se dice lo siguiente: “La mayoría de estos impresos presentan posiciones marcadas por el sentimiento nacionalista. A algunos los motiva la explicación del proceso histórico que condujo a la intervención y reseñar los cambios producidos por el gobierno militar norteamericano sobre la política, la sociedad, la economía y el Estado dominicano. Pero otros también reflejan las posiciones de intelectuales que, complacientes con los intereses de Estados Unidos, aplaudían sus medidas dictatoriales en territorio dominicano”.

Por otro lado, es de justicia consignar,  que la producción intelectual de  renombrados intelectuales de la época no aparece en esta antología y/o recopilación, debido a que no nos fue posible localizarla, y además, porque en el proceso de edición el original del libro se acercó a las 900 páginas, lo que hacía insostenible el proyecto de publicación por razones económicas atendibles; también, porque de ser enviado a la imprenta con ese volumen de páginas, se entendió sería de difícil lectura.

Para finalizar estos párrafos, que fueron redactados para referirme al artículo del doctor Tenas Reyes, queremos destacar y reconocer la actitud nacionalista del doctor Joaquín Balaguer durante la primera intervención militar norteamericana. De hecho,  en mi libro “Vida y Obra de Ercilia Pepin” (1987), aparecen escritos de su autoría en los que se siente su adhesión al más puro nacionalismo de la época, entre ellos su poema “Ofrenda”, que fue dedicado a la ilustre maestra de Santiago y termina con el siguiente verso:

Por eso/ si otra vez las hordas fieras/empujaran la Patria al servilismo,/serán tus manos santas y proceras,/-manos altivas como dos palmeras-/las que en una explosión de patriotismo,/bordaran las banderas, que/agitadas por vientos de civismo,/volverán a flotar en Las Carreras”.

Portada del libro de Alejandro Paulino Ramos

Nos atrevemos a sugerir, por lo pertinente del interés del doctor Tenas Reyes y del mío propio, que la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, el Archivo General de la Nación o la editora del Ministerio de Cultura, puedan promover la publicación de uno o varios  volúmenes en los que se recojan los escritos patrioticos del doctor Joaquín Balaguer, lo que podría ser extensivo a los más importantes intelectuales nacionalistas de la ciudad de Santiago de los Caballeros. Esa publicación sería un acto de justicia.