San Agustín dijo: “Ama y haz lo que quieras”, y al decir eso, no especificó a que amor se refería, creo que dio por entendido que cuando se habla de amor integral este abarca todo. Por eso, dice la persona puede hacer lo que quieras, y en ese contexto también explica: “si te callas, hazlo por amor, si gritas, hazlo por amor, si corriges, también por amor, si te abstienes, por amor. Que la raíz del amor esté dentro de ti y nada puede salir sino lo que es bueno”
Como vemos, no se trata de un tiempo específico, sino de todo el año, toda la vida.
Durante esta semana he caído en la cuenta de muchas situaciones que hace un tiempo vengo observando, pero al unir esta semana el día del amor y la amistad, es decir, 14 de febrero, donde toda la gente es movida no se porque fuerza a conectarse con el rojo del amor, al menos, en RD; he visto como ese evento al parecer no toca las venas profundas de donde emanan todos los tipos de amores.
Y es que observo situaciones muy lastimosas que siguen ocurriendo en la sociedad, situaciones a las cuales parece mucha se acostumbra, la hace una cultura, y se pierde la capacidad de asombro que pudiese llevar a hacer algo para cambiar. Pues cuando se pierde el respeto a la vida, a la propiedad privada, a la tranquilidad de la gente, al derecho de caminar en libertad por las calles de un pueblo; cuando todo esto sucede, entonces, hay que preguntarse si el amor sigue de moda.
En algún momento pensé en que luego del rojo de estos días, venia el blanco y negro, y no es para caer en pesimismos, sin embargo, los extremos nunca fueron buenos. De tal modo, que hay un gran llamado a pasar de la moda a la realidad, de la fuerza avasalladora del mercado a la fuerza misteriosa del amor, este amor que lleva a pasar de la pasión a la compasión, de la efusión a la ternura, de la fogosidad a la verdad y de la fugacidad al compromiso. Todo esto igual responde al amor de pareja.
Sin embargo, en el amor integral, es decir, en aquel amor que comprende todos los amores, desde el amor filiar, amor ágape, y luego el amor más genérico, a la patria, a la profesión, a las cosas, en fin, a todas las realidades con la que una persona convive, es necesario pasarle también un balance.
Y la pregunta es: Qué mueve mi accionar? Acaso es el amor?
Pueden ser muchas cosas, cada uno lo sabe. Aun así, siento que hace falta en la sociedad una especie de lavado conductual (como si fuera lavado estomacal), remedio, o así sea una pócima en la que cada persona podamos tomar de modo que vayamos sanando, o desintoxicando todo aquello que como veneno ha entrado, y nos está devorando por dentro y esto empuja a convertirnos en devoradores.
Reflexionando
¡Amar y hacer lo que quieras! Conlleva de una especie de profilaxis interior, que asegure que el amor que tengo es parecido a ese que habla San Pablo en la carta a los Corintios. (1Cor. 13, 1-13), cuando expresa que “el amor es comprensivo, es fiel, es servicial, no se engríe, no daña, no lastima, es justo…” es un amor como este que supera la prueba y una vez instalado en nuestro interior, entonces si se puede acoger el ama y haz que quieras.
Que bien sería que todos las personas pudiéramos hacer lo que uno quiera, es decir, asumiendo la expresión luego caer en la actuación, sin embargo, el amor es cuestionable muchas veces.
Amar es un arte, también es compromiso, y al mismo tiempo es una decisión, pero en el corazón humano, amar es una práctica, o un movimiento o sentimiento que ennoblece el alma, sana las heridas y reconstruye al ser haciéndonos seres más plenos, realizados, más sensibilizados, en fin más humanizados. Te animas? El negocio no deja pérdidas, así es que te invitamos a iniciar esta trayectoria de amar a todos en todo. Te montas en el carro del amor? Entonces felicidades! Amas y haz lo que quieras!