("No puede imaginarse tontería mayor que tener a todos los hombres por iguales y libres". Papa Pío VI)
Distinguido magistrado, como presidente del Tribunal Constitucional usted acaba de afirmar lo inafirmable, que: “La República Dominicana es cristianocéntrica en su fundación siguiendo a VOLTAIRE”.
Parece que quiere ignorar que todavía 44 años después de la lucha de Duarte por los Derechos Humanos y nuestra independencia su Papa León XIII aclamaba en su encíclica LIBERTAS de 1888 que:
"No es absolutamente lícito invocar, defender, conceder una híbrida libertad de pensamiento, de prensa, de palabra, de enseñanza o de culto, como si fuesen otros tantos derechos que la naturaleza ha concedido al hombre”.
Pero también quiere ignorar que mientras los dominicanos derramaban su sangre en las luchas restauradoras en 1864 su otro papa Pío IX lanzaba su SYLLABUS “condenando la Democracia y la Libertad de Conciencia”. Oiga bien: condenaba la Democracia y la Libertad de Conciencia.
¿Y entonces amigo Ray Guevara? ¿Cómo se atreve usted a sugerir que nuestra naciente Republica democrática libertaria, en su fundación fue orientada por los principios de la Iglesia Católica? Creo que debemos guardar un poco de respeto a la inteligencia de los dominicanos.
Quizás no lo sabe pero esto lo dijo usted en el prestigioso programa radial “Sol de la Mañana” ante la presencia de prestigiosos y cultos periodistas como Julio Martínez Pozo, Meltón Pineda, Víctor Gómez, José Laluz, María Elena Núñez y Euri Cabral, ignorando el llamado de Laluz quien le advertía que Voltaire no era religioso ni cristiano, diciéndole: “pero el mismo Voltaire fue quien dijo que si Dios no existe había que inventarlo”.
Quizás no tomó conciencia de lo dicho pues lucia emocionado y nostálgico, notablemente empecinado en defender el Concordato de su Iglesia católica, su auspiciadora, basado en falaces “argumentos de fe y tradición”, apelando al aspecto emocional del público y no a la razón, pues sus argumentos no tocaron jamás los linderos de la lógica jurídica ni de la sensatez humana y, al enfatizar claramente que fueron “Evangélicos del CODUE” quienes lo llevaron al Tribunal Constitucional, mostraba usted su mala coartada, su teatro, pues aquí todos sabemos que fue llevado allí por la poderosa cúpula clerical a la que usted le sirve.
(Puede ver la entrevista subida a la red por ZOL el 18 de marzo. http://youtu.be/lFRFHlHwbMs -ver desde el minuto 13 en adelante donde toca esta materia, aunque la página oficial del TC también la tiene publicada)
Y, para conservarnos fieles al contexto transcribimos el pasaje completo de lo dicho: “Ahora ¿Cuál es la tradición dominicana? La tradición dominicana se inspira en el cristianismo. La República Dominicana es cristianocéntrica en su fundación siguiendo a Voltaire, porque Voltaire, ese gran filosofo francés, fue el que habló de Dios, Patria y Libertad y nosotros lo recogimos y Duarte lo asumió, y óyeme, y el juramento trinitario…por la Santísima y augustísima Trinidad de Dios omnipotente…”
Pero dígame usted señor Ray Guevara ¿Desde cuándo Voltaire ha sido cristianocéntrico? ¿Cuándo y dónde fue que él habló de Dios, Patria y Libertad? ¿En qué libro lo leyó? Además ¿No sabe usted que el juramento trinitario no se refiere a la Trinidad católica y que su texto hablaba contra la anexión por la que luchaban Portes y su Iglesia, en contra de Duarte? ¿Es que no ha visto el “gorro frigio” en el primer Escudo Nacional de los trinitarios masones, el símbolo anticlerical por excelencia que tanto odia su Iglesia? ¿Es que no sabe que la Iglesia excomulgó a Duarte? ¿No sabe usted que el vocablo Dios es genérico y no exclusivamente cristiano ni mucho menos católico, usado por todas la religiones y por los masones trinitarios de Duarte? ¿Cómo se le ha ocurrido a usted mezclar a la Iglesia absolutista con las ideas libertarias del iluminismo y la ilustración de Voltaire y de Duarte?
Está bien que para defender a su Iglesia católica usted utilice argumentos ciertos y felices, pero jamás falaces, aunque ciertamente no sabemos si su entendimiento ha sido afectado por su fanatismo católico, por la fe ciega y el dogmatismo que nos impregna el clero a los dominicanos desde la cuna, el que lo oscurece todo.
Pero, para verificar si existe algún punto de encuentro entre Voltaire y el cristianocentrismo que mencionas veamos algunas líneas del pensamiento de Voltaire tomados de Wikipedia:
Voltaire es “Uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad.”; “Como se ve, su filosofía práctica prescinde de Dios, aunque Voltaire no es ateo:”; “es Deísta”; “Fue un ferviente opositor de la Iglesia católica, símbolo según él de la intolerancia y de la injusticia.”; “la labor del hombre es tomar en su mano su propio destino”; “Creía en la libertad de conciencia”; “en la separación Estado-Iglesia”; “Se inscribe en la hostilidad general del autor contra la religión, que le llevó a atacar con idéntico celo a cristianos y musulmanes”.
¿Y entonces señor Guevara, dónde está el cristianocentrismo de Voltaire, su religiosidad y su catolicismo? El que usted quiere que continúe practicando este Estado laico dominicano que viene actuando inconstitucionalmente como Estado confesional de facto. el que privilegia y apaña a su defendida, a su Iglesia católica, sacándose beneficios políticos mutuamente, beneficios que han servido a ambos para dormir, explotar y engañar al pueblo dominicano, atiborrándolo de ignorancias hasta hacerlo capaz de escuchar estas estupideces, de creer que Voltaire y la Iglesia son compatibles.
Pero leamos juntos lo que acaba de publicar el filósofo español Fernando Savater, para recordar cuál es la mentalidad de su Iglesia, de su ideología y comprendamos porqué Voltaire enfrentó esta mentalidad medieval clerical que usted ahora nos quiere perpetuar a través del Concordato que defiende; conozcamos a su Iglesia, su pensamiento de entonces, la posición tenebrosa que adoptó cuando le hablaron de los Derechos del Hombre, de los que usted tanto se ufana y menciona a boca llena. Escuche señor Guevara:
<< En 1791, como respuesta a la proclamación por la Convención francesa de los Derechos del Hombre, el Papa Pío VI hizo pública su encíclica Quod aliquantum en la que afirmaba que "no puede imaginarse tontería mayor que tener a todos los hombres por iguales y libres".
En 1832, Gregorio XVI reafirmaba esta condena sentenciando en su encíclica Mirari vos que la reivindicación de tal cosa como la "libertad de conciencia" era un error "venenosísimo".
En 1864 apareció el Syllabus en el que Pío IX condenaba los principales errores de la modernidad democrática, entre ellos muy especialmente -dale que te pego- la libertad de conciencia.
Deseoso de no quedarse atrás en celo inquisitorial, León XIII estableció en su encíclica Libertas de 1888 los males del liberalismo y el socialismo, epígonos indeseables de la nefasta ilustración, señalando que "no es absolutamente lícito invocar, defender, conceder una híbrida libertad de pensamiento, de prensa, de palabra, de enseñanza o de culto, como si fuesen otros tantos derechos que la naturaleza ha concedido al hombre. De hecho, si verdaderamente la naturaleza los hubiera otorgado, sería lícito recusar el dominio de Dios y la libertad humana no podría ser limitada por ley alguna".
Y a Pío X le correspondió fulminar la ley francesa de separación entre Iglesia y Estado con su encíclica Vehementer, de 1906, donde puede leerse: "Que sea necesario separar la razón del Estado de la de la Iglesia es una opinión seguramente falsa y más peligrosa que nunca. Porque limita la acción del Estado a la sola felicidad terrena, la cual se coloca como meta principal de la sociedad civil y descuida abiertamente, como cosa extraña al Estado, la meta última de los ciudadanos, que es la beatitud eterna preestablecida para los hombres más allá de los fines de esta breve vida".
Hubo que esperar al Concilio Vaticano II y al decreto Dignitatis humanae personae, querido por Pablo VI, para que finalmente se reconociera la libertad de conciencia como una dimensión de la persona contra la cual no valen ni la razón de Estado ni la razón de la Iglesia. "¡Es una auténtica revolución!", exclamó el entonces cardenal Wojtyla. >>
¿Acaso estos pensamientos son compatibles con los de Voltaire?”
No más preguntas magistrado, usted tiene la palabra. Aunque sí debo hacerle una más: ¿No se ha dado cuenta usted que ya ha emitido un veredicto público a favor del cristianismo y de su iglesia católica, implicando a sus compañeros jueces que se han quedado callados permitiéndole a usted convocar al Tedeum católico y expresarse a en la radio y la prensa a nombre del tribunal, a favor de la religión cristiana que usted defiende?
Queda de usted:
Guido Riggio Pou
Santiago RD; guidoriggio@gmail.com
Nota: Puede ver el Video que contiene nuestra respuesta a su comparecencia en http://youtu.be/AytJz4WRq-k , el nuestro fue el día 2 de abril en Sol de la Mañana.