En los Estados Unidos la tasa de desaprobación/rechazo ciudadano a la labor de los congresistas aumentó hasta el 82% en gran medida como resultado de la pésima gestión de estos ante el tema del techo de la deuda y también como repudio a las tácticas obstruccionistas de los republicanos. Buena noticia.

En los mismos EEUU, el fiscal general de Nueva York se apresta a bloquear un arreglo fraudulento de 8.5 billones contraído por dos bancos a favor de Countrywide. Mientras tanto, las bolsas de todo el mundo han perdido en esta semana y ayer jueves en particular más de lo que perdieron antes en el peor día del 2008 cuando estalló la recesión que siempre hemos dicho no ha terminado y que los vendedores de ilusiones han querido estafarnos como superada. Esas son no solamente buenas, sino inmejorables noticias.

El Banco Central Europeo decidió una intervención masiva en los mercados autorizando la compra de bonos para mitigar las angustias de los inversionistas en Italia y España pero el recurso fracasó y lejos de detener la caída de los mercados ha contribuido a precipitarla con lo cual, llega a estos inversionistas un poco de la angustia que ellos causan diariamente a otros y no me diga nadie que también esa angustia afecta a los simples mortales como nosotros porque eso no es noticia ya que la vivimos todos los días.

En Chile, cientos de miles de personas encabezadas por estudiantes universitarios y secundarios se sacuden de la modorra y enfrentan al gobierno de Sebastian Piñera en las calles del país exigiendo el cese de las horripilantes desigualdades que el modelo neoliberal construyó al interior de la nación y de la sociedad chilenas. Los estudiantes dicen abiertamente que están hartos y que ellos no tienen ni la tolerancia ni la pasividad de su padres y que habrá que enfrentarse con ellos. Muy bien por estos chavales.

En Longhui una zona muy pobre de la sureña provincia china de Hunan estalla el escándalo del robo y tráfico de niños a cargo de mafias y funcionarios corruptos quienes, aprovechando las estrictas leyes de natalidad en China han establecido un comercio ilícito y malvado frente a lo cual, las autoridades no persiguen a los traficantes sino a los denunciantes. Al menos 16 recién nacidos fueron robados y vendidos en Lonhui entre 1999 -2006 mientras que la policía oficialmente anunciaba haber rescatado y salvado a 89 niños en otras localidades vecinas. Solamente la avaricia, la carrera de ratas por comprar cosas innecesarias y asumir un estilo de vida son capaces de generar la inescrupulosidad requerida para participar en estas actividades. Otro logro del éxito capitalista y globalizador de China.

En Siria, la tropas de Bashar al Assad continúan su metódica matanza de civiles que protestan contra el régimen y ya exigen su caída. Goteando sangre por todas partes, a pesar de la evidente complicidad de algunas potencias y vecinos, a pesar de la retórica que una vez pretendió ser progresista, el gobierno sirio no tiene ni merece futuro como no sea comparecer ante una corte local acusado de crímenes de lesa humanidad como está el inefable canalla y asesino egipcio Hosni Mubarak a quien ahora la voz no le alcanza ni las fuerzas le ayudan para al menos, carajo, ponerse de pie y enfrentar sus responsabilidades.

Los rebeldes libios se aprestan  a una crisis que los dividirá entre los que sirven a su país y los que trabajan a sueldo de ingreses y franceses. Paneta pide que no recorten más dinero del presupuesto de defensa en los EEUU. Las encuestas muestran que el Tea Parte pierde simpatías y en un artículo de la página editorial del New York Times de donde todas las noticias anteriores fueron sacadas, Paul Krugman asegura que han estado y siguen equivocados los que, Obama incluido, han creído que la economía y la crisis estaban en camino de ser resueltas.

El barco, el super portaviones del neoliberalismo con sus presiones globalizadores ya no está haciendo aguas, estalla por todas partes incluso por aquellas que no parecen estar directamente relacionadas. Pero lo están. Y esas son buenas noticias para nosotros. Más calle, más indignados, más protestas, más presiones, más determinación  y que aumente la crisis hasta el colapso. No debemos temer a la crisis ni a la catástrofe si no darles la bienvenida. Esta es la única manera de que podamos acercarnos a un orden internacional y local más justo y racional. Pero primero el colapso, la caída, el estallido y, por lo inminente que solamente una semana y los titulares de un solo día del NYT recogen es que digo, afirmo y celebro: ahora es tiempo de esperanzas.