En las últimas semanas, el gremio que aglutina a los docentes del sector  educativo público ha manifestado dos rechazos. El primero fue de su presidente, Eduardo Hidalgo, a la propuesta del presidente Danilo Medina cuando planteó que el Gobierno estaba haciendo contactos, para traer de otros países profesores de profesores, para reforzar a los de aquí, en varias áreas académicas.

Respecto a este rechazo, parece ser que pocos han coincidido con el presidente de la ADP; pues son muchos, según la prensa, que apoyan la iniciativa del presidente Medina.

El segundo rechazo se generó en su Comité Ejecutivo Nacional, al no aceptar un aumento salarial del 15%; tampoco la ADP aceptó el 20% que como respuesta propusieron las autoridades del MINERD. Las “negociaciones continúan”…

En esta ocasión, sí son muchos los que respaldan estos rechazos del gremio a los bajos porcentajes, que pretende la ministra de la cartera conceder a los docentes. La dirigencia de ADP no debe cejar en sus propósitos, porque  el aumento a los docentes del sector público es necesario e impostergable.

Esta es la primera vez que un Gobierno cumple con el Art. 197, de la Ley de Educación  66´97 que establece el 4% del PIB, para la educación preuniversitaria. De manera que este es el momento de iniciar una mejora salarial cónsona con el costo de la canasta familiar.

Según datos del MINERD, los docentes del nivel básico tienen un salario base por tanda de RD$ 8,972.63 mensuales; con incentivos, para los que cumplen determinados requisitos, puede incrementase a RD$13, 433.35 netos.

Una escala salarial que oscila entre RD$300,000.00 y RD$13, 433.35, llama poderosamente la atención por su desproporcionalidad; así lo expresan los docentes en todas sus manifestaciones. Esto sólo debería servir a las autoridades para establecer un porcentaje mayor, porque en una ecuación salarial: aumentar un porcentaje bajo, de un salario bajo, resulta un aumento bajo.

Además, con los salarios que remunera el MINERD a sus docentes, es casi imposible pretender atraer buenos candidatos para que estudien magisterio en los Recintos del ISFODOSU y en otras instituciones que forman maestros. Mucho menos para que aquellos que están en servicio, acudan cada día a sus escuelas con la motivación suficiente para trabajar con dedicación y entusiasmo, como demanda la docencia, principalmente en los niveles preuniversitarios. No porque el salario en sí lo determine, sino porque con el actual no solventan sus necesidades, y viven con precariedades extremas.

El mejoramiento de la educación dominicana es una tarea para muchos años. Ningunos de los  países que han logrado este gran objetivo, ignoran el tiempo y los recursos financieros que invirtieron y las acciones que necesitaron emprender, y continúan…

Por eso, este cuatrienio  gubernamental sólo sentará  las bases del despegue. Las necesidades son tan diversas, que hasta el concepto de escuela debe revisarse; edificaciones y equipos no la definen, aunque sean elementos importantes. El centro de la escuela es un binomio humano, en este orden: discentes y docentes. Sin ellos no hay escuelas.

El incremento del 100% que significa el 4% en el presupuesto del MINERD para este año, debería concebir una partida importante para estos protagonistas.

Para los discentes: un verdadero desayuno escolar, mientras se aplica la jornada extendida. Crear programas para desarrollar aquellos que tienen talento y predilección por las letras, la matemática, las artes…, y otros que suplan  necesidades y carencias.

Para los docentes: un aumento al salario base igual o mayor al 100%, así como aplicar otros incentivos no monetarios. Todavía hay tiempo para reprogramar. Ahora sí debería ser: PRIMERO LA GENTE, PORQUE CUANDO SE DIJO NO OCURRIÓ.