Carta abierta al embajador Wally Brewster

Señor Brewster:

Nos dirigimos a usted para exponerle algunas “razones históricas” que, a nuestro entender, pueden explicar la incomprensión y la irracionalidad que algunos dominicanos han mostrado ante vuestra oportuna y justa gestión en pos de los derechos de los colectivos LGTB criollos, asunto que, todo dominicano liberado de la mente medieval que nos acosa, comparte y le agradece infinitamente.

Estado laico fallido

Es un hecho innegable que, desde los tiempos coloniales la Iglesia de Roma se ha dedicado a mantener a nuestro pueblo controlado, sumido en la superstición y la ignorancia, su interés primordial y causa de su existencia.

Allí podemos encontrar la razón del Estado laico fallido en que vivimos: la situación anómala donde, a pesar de ser constitucionalmente  laico, el Estado se comporta como confesional, privilegiando a la Iglesia Católica, auspiciando y financiando sus actividades proselitistas.

Basta examinar sus irracionales acciones inconstitucionales: el Concordato trujillista; el Tedeum que celebra cada 27 de febrero en la catedral de Santo Domingo, confundiendo símbolos patrios con los católicos; el Vicariato Castrense, adoctrinando a nuestros militares; la existencia de una capilla católica en el mismo Palacio Nacional, etc. Pero lo peor: el mismo Tribunal Constitucional de la República Dominicana se le ocurre invitar oficialmente a una misa en la catedral de Santo Domingo para celebrar su aniversario (1); tribunal que fue emplazado a abstenerse de semejante acto inconstitucional, a lo que hizo caso omiso, descalificándose, muy comprometido con la Iglesia.

Distinguido embajador, ciertamente, ésta ha sido una lucha entre la luz y las tinieblas, entre la libertad y la sumisión, una lucha por lograr el Estado laico que vuestro pueblo norteamericano alcanzó en el siglo XVIII, como iluminado precursor de la Revolución Francesa.

La Historia al revés

Como usted sabrá, nuestra historia ha sido groseramente manipulada por la Iglesia de Roma, narrada al revés, en las escuelas, en complicidad con la gran mayoría de los historiadores, casi todos tendenciados, incluyendo al mal llamado Instituto Duartiano, una triste marioneta del clero. Esto ha sido ampliamente tratado y documentado en nuestro reciente ensayo “La Historia al revés”.

Engañados, los dominicanos de hoy ignoran que la Iglesia fue la principal persecutora y enemiga de Duarte y sus trinitarios (2), llegando al extremo de decretar su excomunión (Latae Sententiae Ipso Facto Incurrenda) por no obedecer al traidor Santana, mediante una Carta Pastoral del 24 de julio de 1844 del arzobispo Portes, en contra de la Independencia y a favor de la Anexión; fungiendo como la mayor antidominicanista y antiduartiana, la que entonces (y hasta hoy) solo responde a sus propios intereses religiosos segregacionistas, fundamentalistas y monárquicos.

La misma que hoy le declara la guerra a usted (3), pero no por venir a defender los derechos de estos grupos, sino por abrirles los ojos a los dominicanos, los que se mantienen sumisos a sus dogmas y postulados medievales, hablándoles de una Virgen Protectora inexistente que usan para mantener al pueblo idiotizado.

De manera que, en la escuela dominicana se viene enseñando falsamente que la Iglesia fue la mejor aliada de Duarte y de la Independencia; así, en el capítulo 22 del Concordato trujillista, nuestro Estado le ha entregado el control de la Educación Pública a la Iglesia Católica , para ocultarnos que Duarte buscó darnos una “constitución laica”, viéndose frustrado por la Iglesia de Roma, la que en ese entonces y hasta 1924, quedó como la religión oficial del Estado, después de negociar con los traidores.

Debo decirle que, estas razones históricas, si bien no nos exculpan colectivamente, ciertamente nos descargan un poco del pesar y la vergüenza que muchos sentimos por mostrar al mundo este rostro medieval que nos oprime y nos embarga, presentándonos como intolerantes, cerrados, fundamentalistas e incapaces de comprender el significado profundo y humano que habita en los derechos civiles, los derechos del ciudadano que usted defiende.

En lo particular, dedicamos nuestros mayores esfuerzos en tratar de concientizar a los dominicanos de la importancia del Estado Laico, el único capaz de acoger la diversidad y la pluralidad por la que usted y todos debemos propugnar.

De manera que, mientras el Estado Dominicano y sus funcionarios no pongan en práctica la confesionalidad que le ordena la Constitución, estos derechos ciudadanos seguirán siendo maltratados.

El Estado Laico es nuestra agenda común. Sea bienvenido a nuestra lucha contra estos eternos enemigos del progreso.

Atentamente:

Guido Riggio Pou

guidoriggio@gmail.com

Santiago RD

(1) http://acento.com.do/2013/politica/66443-guido-riggio-acusa-a-milton-ray-guevara-de-violar-la-constitucion/

(2) http://acento.com.do/2012/opinion/203660-traicion-de-la-iglesia-a-duarte-el-secreto-mejor-guardado/

(3)  http://www.listin.com.do/la-republica/2013/6/26/282225/Iglesia-Catolica-desaprueba-nominacion-de-embajador-gay

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