Todos los días hay que salir a vencer la barbarie. Ser indiferente hasta el día que te toca a la puerta para enfrentarla o aceptar que ya la maldad ganó y resistirse es algo inútil, es lo que más desean los canallas, criminales y delincuentes. Cada amanecer también es una oportunidad de involucrarse en alguna de las mil y una formas en que es posible mejorar la calidad de vida de los más pobres.

Hay que cerrar filas con quienes deciden enfrentar abusos y con aquellos que salen a los caminos a buscar a los caídos. Del dicho al hecho pasé esta semana con dos buenos amigos y una organización de religiosas: Jesús Geraldo Martínez, Guillermo Santana y las Hermanas Pobres de San Francisco. Explico.

Jesús Geraldo es de los pocos que se decide por la opción más arriesgada entre sostener en la cabeza la manzana que atravesará un arquero principiante y ser presidente de la junta del condominio. En su valiente decisión de presidir la cruzada por la convivencia armoniosa hoy se enfrenta con un invasor de linderos de una torre vecina. El dueño de un apartamento del segundo nivel decidió que el suyo va a estar contiguo, pared con pared, con el que le queda al lado.  Al carajo contratos, regulaciones y buenas costumbres.

El violador inicia su abuso el pasado sábado 20 de marzo, se reúne de emergencia la asamblea de propietarios agredidos y le dan poderes al presidente para someter la denuncia formal a la Alcaldía del Distrito Nacional. El fin de semana colaboré con los afectados en adelantar el conocimiento del caso a las autoridades por las redes sociales con mensajes a la cuenta oficial de la Alcaldía y a la del Arq. Jesús Mayobanex Suazo, el Director de Planeamiento Urbano.

El lunes también acompañé a Jesús Geraldo en la entrega de la comunicación formal de la denuncia. Este es el paso que todo ciudadano afectado por situaciones como esa, u otras similares, debe dar: poner en conocimiento de inmediato a las autoridades para dar curso a la acción de cesar y desistir de la acción. Una brigada visitó esa misma tarde el edificio del agresor, se entregó el Acta de Comprobación de Infracciones, que obliga a parar los trabajos, y fueron citadas las partes para el miércoles en la Alcaldía.

El violador de linderos no acudió a la cita y reanudó el fin de semana los trabajos poniendo más andamios, mostrando el desprecio típico al resto de los mortales de aquellos que se creen por encima de la ley. Nuevos mensajes informando a las autoridades la novedad por Twitter en el fin de semana y de nuevo hoy, lunes, acompañar a Jesús Geraldo a las oficinas de Planeamiento Urbano que luce tendrá que enfrentar al ogro con el uso de la fuerza pública.

Con Guillermo Santana, otro amigo héroe, estuve el sábado presenciando la salida de la jornada para documentar la conclusión de otra misión exitosa de cambiar pisos de tierra por cemento. Treinta nuevas familias cuentan ahora con una vivienda que permite mejorar la calidad de vida y con éstas se completa la meta para este año de la Fundación El Guille Open.  Lo acompañé en la primera entrega de veinticinco casas en que me explicó como ha ido mejorando cada vez la forma de alcanzar el mayor número de beneficiarios. Algo que inicia, precisamente, con ubicar a los más necesitados con el trabajo valioso de un líder comunitario, un estimado certero del requerimiento para pisos de cemento duraderos y un respaldo documental del uso de los fondos impresionante. Sobre esto hay más informaciones en un artículo anterior que es buena referencia para otras asociaciones privadas o entidades públicas que deseen contribuir a erradicar esa manifestación de pobreza material.

La pandemia impidió el año pasado la celebración del torneo de golf que es el principal evento para recaudar fondos para esta obra social. Pero el carismático odontólogo ya empezó la campaña para buscar patrocinio y colaboración de empresas para el de este año. A todo el que reciba la comunicación que anuncia El Guille Open 2021 – Copa Rotativa de Golf “Para Pisar sobre Cemento” que aproveche la oportunidad de seguir impulsando esta iniciativa que ha liberado de los pisos de tierra a 1,100 familias de escasos recursos.

Al despedirme de estos buenos dominicanos que salían a documentar la entrega de los pisos de cemento, pasé a ver a las Hermanas Pobres de San Francisco, las que Fray José María Guerrero llama “las hermanitas de Valiente”.  La Fundación Findesa y Evolution Foundation iniciaron una campaña para completar los fondos necesarios para terminar un salón multiuso que se detuvo por una maravillosa noticia: una fundación con vínculos a una entidad bancaria decidió asumir el proyecto. Las religiosas fueron visitadas por el personal de esa entidad que solicitó informaciones necesarias para someter el proyecto de ingeniería con las formalidades requeridas.

Ellas también me informaron de una noticia buena y una horrible al cubo. Han recibido la bendición de tener pronto buenos vecinos. Una pareja de misioneros amigos de Fray José adquirió un solar contiguo en que se tendrán instalaciones para apoyar a los más vulnerables del sector Valiente en atenciones alimentarias y de salud. Cuando ambas obras se encuentren en operación, el multiuso que deberá estar listo en pocos meses y ésta que se informará con más detalles próximamente, tendremos ahí una especie de clúster de solidaridad para el bienestar de un sector donde también las buenas personas están amenazadas por bárbaros depredadores, los protagonistas de la mala noticia.

Delincuentes armados han entrado a la propiedad y robado en dos ocasiones. La tercera vez fueron divisados por una religiosa que ahora debe amanecer en guardia al lado, dadas las circunstancias, de una campana que los despoja de la ventaja de la sorpresa. La Policía Nacional les ha recomendado subir unas líneas de block a la verja trasera y, como recomienda la bachata, “poner vidrio, cuello y fondo de botella”. También que la cerca de alambre de púas del frente se transforme en una combinación de block y malla ciclónica y, por supuesto, que estarán más atentos al patrullaje.  Ante esta emergencia, me preguntan si es posible usar parte de los fondos recolectados en esa necesidad de infraestructura para su seguridad física, algo en que no vislumbro disenso alguno entre las fundaciones y los donantes.