No sé qué tiene Abril, que se atraviesa en la Primavera, escurriéndose por las troneras del tiempo con sus amasijadas gestas, promesas, esperanzas, genocidios, invasiones, revoluciones, luces, oscuridades y tragedias. No sé por qué este intruso se atraviesa en la conciencia de los dormidos, de los temerosos, de los valientes, de los héroes, de los renegados, de los desmemoriados y de los que no olvidan. No alcanzo a precisar su canto, su música, las tonalidades de sus amaneceres y la materialidad de sus lluvias. Pero sí sé que es el más tercermundista de los meses, pues florece en puños y puebla de soles la sangre.