“Credo quia absurdum”, Tertuliano
(A los jueces del Tribunal Constitucional que ha de fallar con la razón sobre el aborto terapéutico, sin presión del clero. A los Legisladores que vienen ignorando los proyectos de ley sobre los Derechos Humanos de la Mujer presentados por el Centro de Estudios de Género y PROFAMILIA, los que también deben anular el articulo 37 de la Constitución por constituirse en un ente disociador, irracional con el que los fundamentalistas católicos pretenden someter y explotar a la mujer dominicana, imponer su iglesia de Roma)
Si queremos una República Dominicana fuerte, justa y unida debemos entender para poner en práctica lo que afirma el filósofo Andrés Carmona Campo.
“Lo que nos une a los seres humanos no es ni el color de la piel ni las creencias, sino la capacidad racional de argumentar unos con otros. Es ahí donde nos encontramos. Lo demás nos separa, nos distingue. Por eso las sociedades plurales establecen otro espacio que es el ámbito privado, donde están las creencias de cada uno, protegidas de cualquier injerencia para respetar y proteger la libertad de conciencia.”
Pero, cuando los magistrados y legisladores de una nación deciden romper con la separación que debe existir entre el espacio público y el privado de la conciencia, están conspirando contra la unidad nacional, contra “la cosa de todos”, contra la democracia. Es posible compartir nuestro espacio público pero jamás el privado, el de nuestra conciencia.
Solo los Estados Confesionales fundamentalistas machistas no logran distinguir entre el espacio común público y el íntimo privado, por lo que han convertido a sus ciudadanas y ciudadanos en esclavos, usurpando el derecho de mandar en las conciencias de sus gentes, como machistas al fin, en sus mujeres.
Esto es precisamente lo que la Iglesia y su Cardenal López Rodríguez han hecho en la Republica Dominicana al introducir el articulo 37 en la Constitución del 2010, el que debe ser eliminado inmediatamente de su texto, el que debe ser declarado Inconstitucional prontamente.
Si hay una sentencia justa que debe salir del Tribunal Constitucional ahora con esto del aborto, es la que declare como “inconstitucional” este mostrenco artículo 37 fundamentalista que los conspiradores clericales lograron introducir en la Constitución a base de chantajes y engaños, sabiendo que chocaba con los derechos humanos.
Introducir el “lenguaje religioso” en el espacio público que todos compartimos es irracional y peligroso. En su espacio privado cada quien tiene derecho a creer en lo que le dé las ganas , no así en el espacio público, donde ha de prevalecer solo la razón, sin las locuras de la fe; alli lo único que debe regir es la razón y no los intereses y dogmas religiosos que niegan la pluralidad, la verdad de la Ciencia.
La razón y no la fe, es la única capaz de articular la pluralidad nacional mediante normas razonables y comunes.
Terminamos con estas palabras de Carmona Campo:
“El problema de la religión es que, para ser religión, debe contener un aspecto absurdo que la convierta en locura para la razón. Sin ese elemento absurdo o irracional, deja de ser religión. Si la religión pudiera expresarse en términos puramente racionales dejaría de ser religión, se convertiría en filosofía, perdería lo que la hace ser religión y no otra cosa.”