Guillermo Moreno, es el único político criollo por el que siento verdadero respeto y admiración ciudadana. Sé que es hombre de buena voluntad, profesional de gran prestigio y un ser humano con inmenso amor por los suyos. Le he tratado unas cuantas veces, apoyándolo en la propuesta de dignidad de sus candidaturas (la presente y las pasadas) en forma abierta, práctica y sobre todo sincera.
Como dominicano he ejercido el derecho al voto en todas las elecciones que la edad me ha permitido (siguiendo con especial rigor e idealismo los postulados de Bosch y Américo Lugo). Me he equivocado con gentes de grandes promesas y escasos compromisos en el orden de lo que más nos duele, o sea, la búsqueda del bienestar común para una mejor sociedad que nunca llega.
Pienso con verdadera pena que la democracia criolla es un trasto interesado y mezquino que solo le sirve a los grandes intereses corporativos de una docena de familias dueñas de todo (sociedades que todos conocemos; mismas que boronean a un lado y al otro de las sectas partidarias con vocación de poder y hambre desmedida).
Guillermo Moreno, hace un esfuerzo descomunal por ser propuesta y garante de una sociedad diferente, mejorada, trascendente hasta el punto olvidado de la decencia. Me consta su búsqueda de audiencia, su prédica esperanzadora, su desplazo comunitario, su arriesgado enfrentamiento con la podrida esencia de la corruptela nacional representada por Leonel Fernández, Feliz Bautista y demás tutumpotes del politburó peledeísta (el mayor conglomerado de millonarios en el país).
Si es que no se me niega el voto y me encuentre vivo, yo participaré de las elecciones del 16. Votaré por Guillermo, aunque yo no crea en la tamaña mentira de las elecciones. Yo creo que al país le hace falta una dictadura con respaldo del pueblo, para beneficio del pueblo y con el pueblo como sostén de los cambios para mejor que le hace falta al país.
Creo en el servicio militar obligatorio, aplicando por la razón o la fuerza las doctrinas del respeto, los deberes y todas las garantías necesarias para una sociedad con disciplina, enrumbada al orden y desarrollo.
Creo en la pena de muerte para ser aplicada a los desfalcadores del erario nacional, a los violadores, sicarios y a los traficantes de drogas que envenenan nuestra sociedad. Creo en la cadena perpetua para todos aquellos que traicionen al país (esos que le sirven al diablo rindiendo informaciones y demás cosas en detrimento de la soberanía nacional y el amor patrio). En fin, reitero, creo ciegamente en la frase aquella que reza “el que la hace la paga”.
Sé que muchos me acusarán de troglodita, de insensible y desconocedor de las interioridades vividas en una dictadura, pero (que no suene a ofensa a los prohombres y mujeres que se han sacrificado en nuestra historia) prefiero arriesgarme a tal posibilidad, a seguir viviendo sufridamente en la podredumbre partidocratica nuestra, con gentes tan desalmadas, tan indolentes e ineficaces como los del gobierno, los de la oposición y los mercaderes del hambre, dueños absolutos de la nación.
Guillermo Moreno, es la apuesta potable en un sistema desconchabado. A él le ofrezco mi voto, lo cual seguramente no cambie nada, pues mi verdadero deseo es que en alguna parte de la nación surja un comandante como Josip Broz Tito, a ver si el gas pela…