Estambul, Turquía (EFE).- Las autoridades turcas insistieron en condenar el asesinato ayer lunes del embajador ruso en Ankara a manos de un policía turco, un acto que calificaron como un ataque contra las relaciones entre los dos países justo cuando están en plena fase de recomposición.
Un agente de policía turco mató ayer a tiros al diplomático Andrei Karlov entre gritos de "No se olviden de Alepo, no se olviden de Siria", en referencia a la ciudad del norte de Siria en la que las tropas rusas han estado luchando junto con sirios e iraníes contra las fuerzas rebeldes.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, puso a Siria como ejemplo de colaboración entre los dos países, pese a que la guerra civil en el país árabe ha sido el principal punto de fricción entre Moscú y Ankara.
"Compartimos la misma opinión que (el presidente ruso Vladimir) Putin de que nuestra creciente colaboración, principalmente en Siria, no quedará arruinada. No dejaremos que se dañe nuestra relación", dijo.
El mandatario islamista se refirió al ataque como una "provocación" para dañar las relaciones bilaterales, que están en plena fase de recomposición tras una grave crisis diplomática por el derribo de un caza ruso -que volaba sobre la frontera turco-siria- por la aviación turca en noviembre de 2015.
Ese avión era parte del apoyo militar que Rusia presta al presidente sirio, Bachar Al Asad, un dirigente al que Erdogan ha acusado de "cruel" y cuyo derrocamiento se ha marcado como objetivo.
Pese a apoyar a bandos contrarios, Turquía a los rebeldes y Rusia a Al Asad, los dos países han impulsado un alto el fuego en Alepo y este martes celebraron una cumbre ministerial en Moscú, junto a Irán, para buscar una salida al conflicto.
Erdogan desvinculó el atentado de ayer del conflicto sirio y acusó a los "cobardes terroristas", en un ambiguo discurso en el que señaló como posibles autores tanto a la guerrilla kurda como a la red del predicador islamista Fethullah Gülen, a la que acusa del fallido intento del golpe de Estado en Turquía de julio pasado.
"Los terroristas que antes hacían acciones en el monte, ahora han bajado a las ciudades. Incluso han tomado como objetivo a invitados nuestros, como el embajador ruso", dijo el presidente turco.
Hacía así referencia a la guerrilla, cuyas bases están en las montañas del norte de Irak, antes de extender la acusación a los yihadistas de Estado Islámico (EI) y a Gülen.
"Esos que son como el cobarde de ayer, tenían tanques, atacaban a las personas indefensas con balas", continuó, recordando la asonada militar en el que los rebeldes llegaron a disparar a los ciudadanos que se echaron a la calle a enfrentarse a los golpistas.
De hecho, varios medios turcos señalaron que la policía está investigando el vínculo entre el asesino y la organización de Gülen.
El diario Hürriyet aseguró que el agresor, Mevlüt Mert Altintas, estuvo brevemente suspendido de empleo dentro de la purga lanzada por el Gobierno tras la intentona golpista, en la que miles de militares, policías y funcionarios han sido detenidos o suspendidos por supuesta relación con Gülen.
El padre, la madre y la hermana del asesino fueron detenidos anoche en Söke, al oeste de Turquía, y su tío fue arrestado este martes.
El tío ya había sido arrestado por supuestos vínculos con Gülen y puesto luego en libertad.
Las autoridades turcas ofrecieron numerosas muestras de condolencia y respeto al embajador asesinado.
El Gobierno turco aseguró que la calle donde se encuentra la Embajada rusa en Ankara recibirá el nombre del diplomático.
Mientras, el cadáver de Karlov fue repatriado a Rusia tras una solemne ceremonia en el aeropuerto de Ankara, presidida por Ahmet Yildiz, subsecretario de Exteriores, y en la que participaron numerosos diplomáticos acreditados en Turquía.
"En un momento en el que estamos encarrilando de nuevo nuestras relaciones, ha tenido lugar un desafortunado ataque contra las relaciones de Turquía y Rusia", se lamentó Yildiz. EFE