Bogotá, 7 abr (EFE/Ovidio Castro Medina).- La salida de la crisis de Venezuela pasa por establecer una agenda electoral y el restablecimiento "pleno" de las competencias del Parlamento, afirma el exsecretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) Ernesto Samper en una entrevista con Efe en Bogotá.
Samper se mostró convencido de que por difícil que sea la situación en Venezuela se debe privilegiar el diálogo y reiteró que "el mecanismo de presión, de la intervención, no es el más adecuado para solucionar los problemas" del país vecino, con el que Colombia comparte una frontera terrestre de 2.219 kilómetros.
"Sigo pensando que el mecanismo del diálogo aún para buscar una salida en medio de la situación más crítica que la que hemos vivido en los últimos años tiene que ser que se sienten en la mesa a concertar la salida", insistió Samper, quien fue presidente de Colombia entre 1994 y 1998.
Al ahondar en los puntos que permitirían la solución de la crisis venezolana y que fueron planteados por el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, y los expresidentes Leonel Fernández (República Dominicana), y Martín Torrijos (Panamá), Samper explicó que la definición de la agenda electoral debe abarcar "todas las elecciones" que deban celebrarse este año y el año entrante.
"En la medida que la gente tenga una expectativa sobre cuáles, en qué fecha se va a elegir sus representantes pues va a bajar mucho la presión política", dijo Samper, quien estuvo al frente de la Unasur de 2014 hasta comienzos de este año.
Para el exgobernante, la Comisión de Verdad y Justicia, creada por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se debe ocupar "exclusivamente" del tema de la verdad para "solucionar el problema de los detenidos judiciales a través de una figura como podría ser la amnistía pactada entre el Gobierno y la oposición".
El tercer aspecto, según Samper, pasa por "el restablecimiento pleno de las competencias de la Asamblea (Nacional)" y por la solución del problema de los diputados del estado Amazonas, que fueron desincorporados por el Legislativo para acatar una decisión del Tribunal Supremo de Justicia que suspendió su juramentación mientras investigaba presuntas irregularidades en la elección de estos representantes.
De otro lado, el expresidente abogó por que los colombianos entiendan que la relación entre Colombia y Venezuela "es de una alta complejidad y una gran sensibilidad, y que no se pueden tomar simplemente las decisiones en función de consideraciones de relacionamiento internacional".
Recordó que más de seis millones de colombianos viven en Venezuela, que "hay unas relaciones económicas muy estrechas en temas de inversión" y que ambos países tienen "unas relaciones de hermandad que están presentes en miles de kilómetros de frontera".
"Creo que el Gobierno ha tratado de interpretar esa complejidad. En unos casos lo ha conseguido, en otros no. No es sencillo hacer un juicio", apostilló sobre los altibajos en esa relación bilateral.
Samper se refirió además al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien ve con desconfianza pues considera que "sigue siendo tanto o más peligroso de lo que era antes de posesionarse".
"Hoy día que ya está sentado en la silla y lleva 100 días, insiste en las medidas draconianas contra inmigrantes, para detener las compras de las exportaciones que hacemos de América Latina allá, para sancionar a los inversionistas extranjeros que vengan acá, o sea él está en su línea", apostilló.
Aseguró que esas y otras medidas tomadas por Trump "están todas en contra de nuestros intereses (de América Latina)", como construir un muro en México pagado por los mexicanos, o fijar aranceles para impedir que Estados Unidos compre productos de la zona.
"De tal manera que estas medidas no es para ver cómo las negociamos, simplemente son unas medidas agresivas y punitivas en una buena relación", dijo Samper, quien reiteró que lo peor que ha hecho Trump es "llegar a la Presidencia".
Al ser preguntado sobre sus relaciones con Estados Unidos, Samper, a quien le fue retirado el visado de ese país siendo presidente, señala: "nos queremos como hermanos, como Caín y Abel".
Aclara que aunque tiene buenas relaciones con la opinión pública estadounidense, no tiene "ninguna relación política" con ese país, ni la tuvo cuando estuvo al frente de la Unasur, "porque paradójicamente los Estados Unidos no reconocen a Unasur". "No existimos", aseguró. EFE