Washington, Estados Unidos (EFE).- Sorprendido como todos por la victoria de Donald Trump, el presidente Barack Obama ha adoptado un tono conciliador, distinto al de la campaña, y pide a los ciudadanos que den una oportunidad al que será su sucesor, consciente de que es crucial rebajar las tensiones e inquietudes dentro y fuera de EE.UU.
"No me siento responsable de lo que dice o hace el presidente electo (Trump). Pero sí siento una responsabilidad como presidente de Estados Unidos de asegurarme de que facilito una buena transición" y ofrecer "mis mejores ideas sobre cómo sacar al país adelante", resumió hoy Obama desde Atenas, primera parada de su última gira internacional.
En la misma línea, el mandatario pidió este lunes desde la Casa Blanca que se dé "el tiempo y el espacio" necesario al presidente electo para que forme su equipo en la Casa Blanca y defina sus prioridades, al explicar no hay "otro trabajo en la Tierra" que se asemeje a ocupar el Despacho Oval, "un flujo constante de información, retos y problemas".
El tono conciliador de Obama no significa necesariamente que haya cambiado su opinión sobre Trump, de quien dijo durante la campaña que no está preparado ni tiene el carácter necesario para ser presidente, sino que es un "reconocimiento" de que su papel ahora es "ayudar a preparar el camino" para una transición de poder sin complicaciones.
Así lo señaló a Efe el profesor de Política en el Colby College de Maine Anthony Corrado, al agregar que Obama también es consciente de que Trump está "menos preparado" que otros presidentes electos para ocupar el cargo, dada su falta de experiencia política.
Corrado argumentó, por otro lado, que las palabras de Obama reflejan que comprende que otra de sus tareas ahora es "ayudar a aliviar las tensiones en la sociedad que han surgido como resultado de las elecciones".
Y el presidente también está tratando de rebajar las "preocupaciones de los líderes extranjeros" que se sienten perdidos acerca de cómo planea actuar Trump en política exterior, de acuerdo con este experto.
Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Iowa, coincide con Corrado en el diagnóstico de que Obama está preocupado por la "violencia" que pueda surgir tras la victoria de Trump, según indicó a Efe.
A juicio de Schmidt, "es muy inteligente y podría marcar la diferencia" esa actitud amable de Obama hacia Trump, dado que al mandatario saliente le interesa muchísimo que su sucesor esté "abierto" a sus consejos en cuestiones políticas, con el objetivo de evitar una "aniquilación total" de su legado.
Tras la reunión que ambos mantuvieron el pasado jueves en el Despacho Oval, Trump dijo que espera trabajar con Obama "en el futuro, incluido para pedirle consejo".
Ese encuentro fue "útil", según Obama, que explicaba este lunes que durante su conversación trató de ser "lo más honesto" posible con Trump sobre lo que le espera y acerca de lo diferentes que son hacer campaña y gobernar.
"Creo que él reconoce eso. Creo que es sincero en querer ser un presidente exitoso y hacer avanzar al país", anotaba Obama.
Al admitir que "absolutamente" tiene preocupaciones por los efectos de la Presidencia de Trump, Obama también ha comentado que cree que el magnate no es "ideológico", sino más bien "pragmático" y eso puede ayudarle, "siempre y cuando tenga buenas personas a su alrededor y un sentido claro del rumbo" que debe tomar.
No obstante, Obama también ha advertido de que "algunos aspectos" del "temperamento" de Trump "no le van a ayudar" en la Casa Blanca, "a menos que los reconozca y los corrija".
Uno de los primeros consejos que le ha dado a Trump es que forme un buen equipo de trabajo, con el jefe de gabinete, los asesores de la Casa Blanca y el Consejo de Seguridad Nacional. Según Obama, "si no tienes eso a tu alrededor, te hundirás".
También ha querido hacer ver al magnate que "los gestos importan" y que es importante "dar señales de unidad" como nación después de una campaña electoral "tan disputada y dividida". EFE