Washington, Estados Unidos (EFE).- Varios aspirantes demócratas a la Casa Blanca en 2020 apuntaron al "racismo" y su condescendencia con el "supremacismo blanco" del presidente estadounidense, Donald Trump, como uno de las causas detrás del tiroteo de El Paso de este sábado, que dejó 20 muertos y 26 heridos.
"Es un racista y aviva el racismo en este país, y no solo ofende nuestra sensibilidad, fundamentalmente cambia el carácter de este país y lleva a la violencia", afirmó Beto O’Rourke, excongresista por Texas tras visitar a heridos en hospitales en El Paso.
O’Rourke, nacido precisamente en la ciudad, remarcó que en EE.UU. ha habido un aumento en los "delitos de odio en los tres años de una Administración donde tienes un presidente que ha llamado 'violadores' y 'criminales', aunque los inmigrantes mexicanos cometen crímenes a una tasa mucho más baja que los nacidos en el país".
"El presidente ha intentado que nos sintamos asustados por ellos", afirmó en declaraciones a los periodistas, después de cancelar sus actos de campaña en Nevada para regresar a El Paso.
Asimismo, el alcalde de South Bend (Indiana) y también aspirante a la candidatura presidencial demócrata, Pete Buttigieg, cargó contra la retórica desde la Casa Blanca.
"El nacionalismo blanco es maléfico, y está inspirando a gente a cometer asesinatos, y está siendo condonado a los más altos niveles del Gobierno estadounidense", afirmó en una entrevista en la cadena CNN.
Poco después, precisó que "el presidente de EE.UU. está condonando el nacionalismo blanco" y aseguró que tiene "una responsabilidad para cortar el brote de raíz".
Por su parte, el senador Bernie Sanders, también contendiente a la candidatura, evitó culpar a Trump pero aseguró que "en todo el mundo se están preguntando qué ocurre en EEUU (…) para ver una vez tras otras horrores indescriptibles", por lo que pidió una "legislación sensata sobre control de armas".
Las autoridades estadounidenses investigan el posible vínculo del sospechoso de la masacre de El Paso con un manifiesto publicado en internet en el que se critica "la invasión hispana de Texas".
"Ahora mismo tenemos un manifiesto de este individuo que indica un posible delito de odio", señaló el jefe de Policía de El Paso, Greg Allen, esta madrugada.
El mandatario escribió este domingo en su cuenta de Twitter que el tiroteo de El Paso "no solo fue trágico, fue un acto de cobardía".
El Paso es una ciudad estadounidense fronteriza con México con cerca de 700.000 habitantes y, según datos del censo, más del 80 % de la población es de origen hispano.
El centro comercial donde se produjo el tiroteo se encuentra muy cerca de la frontera con México y es muy popular entre los ciudadanos mexicanos como lugar de compra durante los fines de semana.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó que tres ciudadanos mexicanos están entre los fallecidos y al menos seis entre los heridos. EFE