SANTIAGO, República Domnicana.-La cita era a las 11:00 de la mañana. Y aunque  hubo que esperar  más de tres horas para el desfile yipetas, automóviles, disco light y personas a pie, no hubo disgustos en los entusiastas convocados. Fue como en los tiempos antes la invasión de la covid-19, todo fiesta, todo alegría, todo algarabía.

Los peledeístas, más que todo los danilistas y gonzalistas, llegaron de todas partes de de la Ciudad Corazón. Hombres, mujeres, y familias completas, incluso con niños. En la espera del paso de los candidatos y del presidente Danilo Medina se daban sus "petacazos" de ron y sus "frías con vestido de novia".

No sabe qué abundó más, entre las bebidas, las comidas, las consignas de campaña animando al candidato presidencial Gonzalo Castillo, o los baile sal ritmo de merengue, reguetón y bachata.

Los peledeístas y los simple curiosos que solo quisieron participar de la improvisada fiesta se lo gozabn todo. Bailaban, hacían fotos para las redes  sociales y se agrupaban sin ninguna distancia interpersonal, como  si no existiera el peligro del contagio del coronavirus en la República Dominicana, sobre todo en Santiago, una provincia que suma 2, 212 casos positivos y 100  muertes, por esta enfermedad.

Y es que el llamado a la prevención y a no hacer reuniones masivas quedó sepultado con este mitin político que la dirigencia del PLD  en Santiago llamó “La caravana del triunfo”. De  hecho, en el anuncio  hecho el sábado por  Fernando Rosa,  director operativo de la campaña,  no se habló de tomar ninguna previsión para reducir el riesgo de contagio.

Los convocados llegaron con sus cubreboca al desfile, pero entre la espera, el calor, los tragos y la animada conversión, las mascarillas terminaron colgadas y sin cubrir nada más que parte del cuello o el pecho de los presentes. Otros, simplemente no usaron las mascarillas, en clara señal  de desafío al riesgo de contraer la enfermedad. No repararon en nada, pese  a que acudieron con niños.

Pasaban de las 2:00 de la tarde y se daba el banderazo  morado para mostrar  el poder de la maquinaria electoral del partido de Gobierno, un desfile de  vehículos “todo terrenos (yipetas) y las llamadas disco ligth, marcaban el paso, una  masa  le seguía  a pie para  acercarse a los candidatos.

Al frente el candidato presidencial del PLD, Gonzalo Castillo,  a su lado el alcalde de Santiago, Abel Atahualpa Martínez Durán, ambos sin cubre boca,  como si fueran inmunes al coronavirus.

Vítores, saludos,  música estridente se adueñaron de la calle Rosalía Fernández, en el Ensanche Bermúdez. Solo se podá distinguir el estridente coro acompañado de tambores:“¡Como  Danilo, Gonzalo mío, mío, mío!”. Se repetía una y otra vez todo el trayecto.

Antes de la salida oficial en la avenida Circunvalación (sur), próximo a la entrada del sector de Rafey, el candidato Gonzalo Castillo habló con los reporteros y proclamó que en  las encuestas que maneja su partido está  en primer lugar,  aunque no ofreció datos.

“Nosotros tenemos nuestras propias encuestas, son métodos científicos para saber dirigir las estrategias de la campaña, tenemos nuestras propias mediciones, y en esas mediciones estamos en primer lugar”, afirmó Castillo.

Reiteró  su promesa de que a partir de agosto, cuando él gobierne, habrá empleos y cuartos (dinero) para “todo el mundo”, con el programa  Rueda Económica. Según Gonzalo Castillo, una vez asuma la presidencia de la República, el 16 de agosto, extenderá todo los programas sociales extraordinaria hasta que se erradique la pandemia, sin importar que se extiernda un mes,  tres  meses, seis meses o que sea dos años más.

Las demarcaciones

El recorrido abarcó los barrios Ensanche Bermúdez, Gurabito, Ensanche Bolívar, Yaguita del Ejido, Mejoramiento Social, Reparto Peralta, Pueblo Nuevo, La Joya, Baracoa, Jazmines, Vietnan, Cristo Rey, Pekin, Conani y otro. Los peledeístas esperaban con banderas, camisetas, gorras y consignas triunfalistas. Los mayores vítores se producían al acercars el presidente Danilo Medina y el candidato presidencial Gonzalo Castillo, ademas de los candidatos locales para el Congreso Nacional.

Además del presidente Medina, a Gonzalo lo acompañaron el alcalde Abel Martínez,  el senador y aspirante a reelegirse Julio César Valentín, y los candidatos a diputados y diputadas de las tres circunscripciones electorales.

Julián Serulle y la proclama de Danilo

También estuvo el abogado Julián Serulle, quien en 2010 renunció al PLD y se hizo un duro crítico contra ese partido. Posteriormente, con la llegada de Danilo Medina al poder, Julián Serulle se acercó de nuevo al PLD y ha defendido los dos últimos gobiernos peledeístas.

Al finalizar el recorrido, el presidente Danilo Medina proclamó que el PLD  estaba en  la  calle para ganar en primera vuelta.

“Estamos trabajando para eso, estamos  tirados a la calle”, así expresó el presidente Danilo Medina Sánchez. Con gorra negra, que algunos asociaron a colores de la  izquierda revolucionaria, en lugar de la acostumbrada  gorra morada del PLD, y  protegido con mascarilla,  el mandatario, respondió saludos,  chocó puños,  aceptó selfies a lo largo de la  caravana. Cada cierto tiempo, sus ayudantes le pasaban el desifectante para las manos.

Dedo abajo, dedo arriba

No faltó la nota de humor. Al paso de la caravana algunos ciudadanos mostraban desde sus casas la señla de derrota para el PLD, con el dedo pulgar hacia abajo. El  presidente Medina también  devolvió con la señal de que el PLD dará una pela, colocando su pulgar hacia arriba y sotorriendo a los activistas de oposición, que le vociferaron “¡se van!”.

El equipo de Acento observó  que en al menos 15 puntos a los largo del recorrido,  decenas de personas  manifestaron su rechazo a la presencia del presidente Danilo Medina Sánchez y de los candidatos del PLD

La caravana del PLD, en Santiago, terminó a las 4:30 de la tarde, en  la avenida Circunvalación,  próximo a la interacción con la avenida Hispanoamericana, en la parte sur del centro urbano de Santiago, de ahí el candidato  Castillo cumpliría agenda en Moca y La Vega.

Los peledeístas siguieron su fiesta. Los menos entusiastas regresaron a sus hogares.