SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La danza tiene una magia cautivadora que une a los artistas a través del tiempo. Es impresionante la pureza con la que pueden mezclarse diferentes generaciones y lograr una puesta escénica cargada de emociones y sueños.
El festival internacional Edanco 2021, dio inicio a su XVI entrega con un derroche de experiencias, anécdotas y narrativas visuales que trascendieron las líneas de lo convencional o lo habitual. A la inversa fue un espectáculo que no solo le brindó una propuesta interesante al espectador, sino que le ofreció una mirada honesta al interior de estos creadores.
Este espacio rompió el esquema tradicional, porque llevó a las tablas a los maestros, coreógrafos y directores que están detrás de las principales producciones que se exhiben en los distintos escenarios del país; lo más loable, es que estos consagrados artistas fueron guiados por jóvenes talentos de la danza nacional.
Desde las tablas se percibió una puesta llena de frescura y libertad, pero en los camerinos se vivió un clima diferente. Detrás de escena se desvanecieron las investiduras de creador e intérprete para mostrar a las madres e hijas, a los esposos, los maestros y alumnos e incluso amigos que compartieron carcajadas y los famosos nervios previos al debut.
Las caras de alegría de los involucrados, las remembranzas que se escuchaban en los pasillos, los rituales preliminares a la escena, todas las historias detrás de cada coreografía, hicieron relumbrar el acto que para la mayoría representaba volver al escenario como bailarines, después de mucho tiempo.
Experiencias en A la inversa
Al conversar con los artistas sobre el trabajo realizado, se pudo entender que esta experiencia fue una oportunidad revitalizante. A los formadores les permitió compartir con coreógrafos que ellos mismos formaron y a los bailarines les dio el medio para interpretar sus bondades una vez más.
La directora de la Escuela Nacional de Danza y exdirectora del Ballet Nacional Dominicano, Marinella Sallent, interpretó la pieza Peek-A-Boo de Stephanie Bauger, junto a la reconocida maestra Andreina Jiménez.
Con una lúcida sonrisa, Sallent expresó que lo que sintió anoche “fue muy emocionante, yo después lloré muchísimo, porque uno se olvida de esa energía que se crea cuando uno danza”.
Renacer fue la coreografía que interpretó la gloria de la danza nacional Miriam Bello; esta creación estuvo a cargo de su hija Lorraine Diaz Bello quien trató de hacer un recorrido por las etapas de la vida artística de su madre.
“De verdad que ha sido una experiencia maravillosa porque nos permitió compenetrarnos más, además, en todo el tiempo que tengo como coreógrafa, nunca había tenido la oportunidad de montarle algo a ella (Miriam Bello). No te voy a negar que hubo su tira y hala, pero entiendo que me respetó en mi espacio creativo y yo también a ella, así que hubo equilibrio a la hora de sacar hacia delante esta idea que se me metió a mi en la cabeza”, destacó Díaz Bello.
El director de Educación y Formación Artística Especializada de Bellas Artes, Elvis Guzmán, interpretó el solo Lo que cambia es tu mirada creado por su esposa, la bailarina Alba López.
“Como en todas las relaciones hubo momentos buenos, donde todo fluía y estábamos en mucha armonía, y otros momentos donde no nos poníamos de acuerdo y había un poco de lucha por saber cuál de las opciones íbamos a escoger, pero todo ha quedado muy bien y ha sido una pieza que se ha hecho con mucho cariño”, afirmó López.
La destacada artista agregó que lo más importante fue que Guzmán, una vez más, haya podido reflejar sus emociones a través de la danza y que lo haya disfrutado.
Las historias de esta presentación son decenas, estudiantes montándoles a sus maestros, bailarines en escena junto a sus ensayadores y jóvenes creando para sus primeros coreógrafos.
A través del espectáculo A la inversa, Edanco mostró cómo la cultura conecta a las personas sin distinción de género, sexo, religión y menos de edad.