SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Asociación Dominicana de Productores de Ron (Adopron), planteó que la carga tributaria de las bebidas alcohólicas es el principal detonante para el comercio ilícito y que debido a la última reforma fiscal la producción ha bajado un 20 %.

La directora ejecutiva de Adopron, Aguie Lendor, explicó que de cada 100 pesos que cuesta una botella de ron, 70 son impuestos, y que desde el 2012 cuando se aplicaron nuevos gravámenes su producción se ha visto afectada considerablemente.

“Entendemos que cuando el impuesto baja deja de ser un incentivo al comercio ilícito”, apuntó.

Indicó que de implementarse una nueva reforma fiscal se deberían tomar en cuenta que no fomente las prácticas ilegales y que sea equitativo para todos los sectores.

“Nosotros no hemos podido ser quienes éramos, en el 2012 teníamos una producción de 12.63 millones de litros absoluto de alcohol, con la reforma fiscal hemos bajado un 20 % y cerramos el 2020 con 10.1 millones de alcohol”, puntualizó

Lendor dijo que esta situación  implica una reducción de mil millones de pesos en recaudación.

“Debemos contar con un sistema tributario que no impacte o fomente el comercio ilícito, que sea equitativo para todos los sectores y que haga un uso de la judicialización efectivo”, expresó.

Dijo además que han estado realizando acciones junto al gobierno para enfrentar el comercio ilícito, el cual indicó se mueve rápidamente pese a los esfuerzos.

Destacó que desde hace dos años en el país existente otras marcas que hoy lideran el mercado de segmento de bajo precios. “O sea que se encuentra una manera rápida y ágil para seguir subiendo en el sector”

“Definitivamente con la última experiencia que nos queda, las negativas, es que primero el ingreso por el selectivo bajó, la producción nacional bajó un 20 % y se ha impulsado el comercio ilícito”, concluyó

Aguie Lendor habló al participar del foro sobre comercio ilícito de alcoholes, coordinado por la Asociación de Industrias (AIRD).

Impuestos saludables

El alto valor de los impuestos a las bebidas alcohólicas de alguna forma incentiva el contrabando y la alteración de estos productos, pero son tributos selectivos que también en los cigarrillos, están diseñados para reducir su consumo, por el daño a la salud que hacen, de acuerdo con el economista Antonio Ciriaco.

"Mientras más altos los impuestos, se parte de la lógica que el desincentivo es mucho mayor", destacó el economista.

Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) los califica como "impuestos saludables", que contribuyen a mejorar la salud, y a la vez genera ingresos para el presupuesto público. "Entonces sería muy contraproducente que un Estado esté disminuyendo los impuestos a bienes que en realidad hacen daño", agregó Ciriaco.