Faltan unos minutos para las 6:00. La lluvia diluyó los planes de aquella tarde del miércoles para que la transmisión de El patio se realizara al aire libre. Unas pocas gotas sobre la computadora, suficientes como para mover el set de lugar.
"Esto sucede a cada rato", dice la periodista Altagracia Salazar mientras recoge con agilidad los equipos. Una de las virtudes que le ha dejado su salida forzada de los programas tradicionales, es haber aprendido al dedillo, y con 60 años, las estrategias de posicionamiento de plataformas relativamente nuevas como YouTube, manejar programas de transmisión a varias cámaras, y cómo se monta un modesto set.
Solita vuelve a conectar con rapidez en la galería de su casa. La cámara, un trípode, una luz, la computadora, una mesa y un micrófono que aísla el ruido exterior. Y ya esta lista para iniciar.
De domingo a jueves, la periodista Salazar logra conectar en su canal de YouTube con miles de personas en vivo, en un espacio bautizado como El patio que se transmite de 6:00 a 6:30 de la tarde. Las vistas de cada entrega terminan con un promedio de 18,000 espectadores, llegando en días particulares a superar las 30,000 vistas.
Este es su segundo producto nacido de la plataforma de YouTube. El primero, Sin Maquillaje, tiene una estructura formal informativa, se transmite de 6:00 a 6:30 de la mañana con un resumen y análisis de la jornada anterior. Entre ambos programas, Salazar calcula que sus ingresos por la plataforma rondan los 6,000 dólares mensuales, desde su canal que ya supera los 88,000 suscritos.
A Sin Maquillaje , la media hora de transmisión le dedica Salazar tres horas de preparación, que arrancan a las 3:00 de la madrugada. Pero El patio, tiene otra estructura, mucho más ligera de contenido.
"En El patio, yo normalmente busco dos o tres temas del día que me parezcan relevantes para comentarlos. Si embargo, casi nunca esos temas que yo considero profesionalmente como mejores, son lo que la gente más atiende. Ayer, terminamos hablando de las casas rurales, casas de madera…", cuenta.
En general, Salazar suele dejarse llevar de los comentarios de la gente que se conecta, la mayoría dominicanos que viven fuera del país, y que parecen haber encontrado en esta media hora un lazo imaginario, que les une a las añoranzas de una República Dominicana próspera que les pueda dar la bienvenida a casa. Yo digo que El patio es como un espacio para corazones rotos, una cosa así. Que la gente como se distrae", reflexiona.
El primer El patio que se transmitió, fue una muestra de flores en la pandemia
La primera transmisión de El patio que hizo Altagracia Salazar fue una tarde de marzo, justo el segundo día de cierre por la pandemia del COVID-19. Recuerda que "a falta de oficio", aprovechó la abundancia de la primavera en las flores de su patio, para mostrarlo. Ese primer día se conectaron unas 700 persona.
El día siguiente, no tenía intenciones de mostrar las mismas flores, pero una doctora dominicana residente en Nueva York le sugirió que volviera a hacerlo. Altagracia Salazar entendió que estaba dando una especie de remedio, frente a la incertidumbre que se vivía. Y volvió a transmitir.
"La idea era hacerlo nada más en el periodo de confinamiento. Después hice una encuesta (sobre) si podíamos hacerla uno o dos días. El asunto es que se quedó", afirma.
El patio ha cumplido con una de las reglas fundamentales del esquema de la red social de YouTube, que es crear una comunidad"
Y nacieron "los patieros"
Para Altagracia Salazar, El patio ha generado un espacio "educativo y fraterno" entre los que se consideran "patieros", que se ha manifestado de manera tangible, en la creación de un grupo de WhatsApp que se llama "La gente del patio".
Joel Mateo, uno de sus administradores, explica que nació de unos 20 seguidores de Altagracia. El grupo ya supera las 200 personas, la mayoría también vive en el exterior. "Generalmente comentamos temas de actualidad, preocupaciones sociales, recetas (de cocina)…". Mateo, que vive en Canadá, agrega que les une a sus integrantes "ese sentimiento de querer un mejor país".
Las transmisiones en vivo son, literalmente, una especie de reunión donde unos y otros, en la caja de conversaciones, se van saludando entre ellos. Y Altagracia Salazar le responde los saludos y comentarios.
En este espacio, también recomienda buenas lecturas, reportajes, libros, y Altagracia hace reflexiones sobre acontecimientos noticiosos, en el que invita a la gente a profundizar, y no quedarse en los titulares de las redes sociales, o las noticias.
Altagracia Salazar tiene una memoria asombrosa. Un día habla de flores y climas, otro día de rincones del país y agricultura. Sabe de cocina, conoce de autores y libros. Da historia, maneja datos, cuenta anécdotas, es graciosa, ocurrente y alecciona.
"…Esos temas (variados, de la vida cotidiana) tienen la virtud de identificar a la gente, es como un proceso de autoidentificación. En eso yo le llevo ventaja a otras personas".