El prominente periodista, activista por la paz, feroz crítico de las políticas israelíes, y ex miembro del Knesset, Uri Avnery, quien se convirtió en el símbolo de la izquierda dura de Israel, falleció a los 94 años durante la noche del domingo luego de sufrir un ataque cerebral hace diez días.
Los defensores de la paz de Israel, del Oriente Medio y del mundo, acaban de perder a una de sus voces más genuinas y perseverantes. Uri Avnery, el pionero y periodista israelí, defensor de la paz y uno de los primeros en abogar abiertamente por un estado palestino.
Nacido en el seno de una familia adinerada en Alemania, el niño Helmut Ostermann creció pobre en Tel Aviv después de que él y sus padres abandonaron el país tras el ascenso de los nazis en 1933. Cuando era un inmigrante de 10 años, acogió con entusiasmo el idioma y la cultura hebrea, y cambió su nombre por Uri Avnery, como muchos inmigrantes judíos en la Palestina de la época. Pero no desdeñó la fluidez en alemán y ni las tradiciones humanistas de la Alemania prenazi, como una sólida base para la vasta cultura que alcanzó a lo largo de su vida.
Fue un miembro activo de la generación que fundó el estado de Israel, que luchó en la milicia clandestina Irgun, durante la Guerra de la Independencia en 1948. Resultó gravemente herido y envió artículos del campo de batalla al periódico Haaretz.
Tras la independencia, se convirtió en editor, miembro del parlamento, autor y activista. Sus profundas convicciones le ganaron el respeto de los rivales políticos, incluso aquellos que abogaban por el asentamiento judío en Cisjordania, Gaza y el este de Jerusalén, tierras capturadas por Israel en 1967 y buscadas por los palestinos para un estado.
Durante décadas, fue un símbolo del campo de la paz israelí. Ha dejado un terreno abonado para una generación de agresivos periodistas israelíes entrenados bajo su tutela, incluso cuando su política lo mantuvo mayormente al margen de la sociedad israelí. Sus posturas, apartadas de la tendencia principal reinante, le valieron varios premios internacionales pero mucho desprecio en su país, donde fue atacado implacablemente, a veces incluso físicamente.
No le perdonaron nunca que, en medio de la Guerra del Líbano de 1982, Avnery entrara furtivamente en la sitiada Beirut para hablar con el entonces enemigo principal de Israel, el presidente de la OLP, Yasser Arafat.
Avnery desafió a sucesivos gobiernos israelíes al argumentar que un estado palestino era la única forma de garantizar la paz para un Israel democrático con una mayoría judía.
"Siento que estamos en el Titanic, navegando directamente hacia un iceberg", había dicho a Prensa Asociada en una entrevista en 2013. "Tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo en cualquier momento, pero si somos estúpidos, si continuamos navegando, nos encontraremos con el iceberg, inevitablemente ".
Después de que su periódico cerró tras una carrera de 40 años, Avnery fundó Gush Shalom, "Bloque de la Paz”, un grupo de varios cientos de activistas que realizan protestas callejeras, con frecuencia junto a activistas palestinos hoy en día.
“En la historia del Estado de Israel, Uri Avnery será inscrito como un visionario que señaló un camino que otros no pudieron ver. Es el destino y el futuro del Estado de Israel para alcanzar la paz con sus vecinos e integrarse en la región geográfica y política en la que se encuentra. Los mejores oponentes de Avnery, finalmente, tendrán que seguir sus pasos, porque el Estado de Israel no tiene otra opción real”, publicó el Bloque en la despedida a su fundador.
“Avnery se dedicó por completo a la lucha para lograr la paz entre el Estado de Israel y el pueblo palestino en su estado independiente, así como entre Israel y el mundo árabe y musulmán. No llegó al final del camino, no vivió para ver la paz. Nosotros, los miembros de Gush Shalom, así como muchas otras personas que fueron influenciadas directa e indirectamente por él, continuarán su misión y honrarán su memoria”.
Hasta el último momento, Avnery mantuvo la forma en que había vivido su casi centenaria vida. Hace dos semanas, un sábado de agosto, se desplomó en su casa cuando estaba a punto de partir hacia la Plaza Rabin y asistir a una manifestación contra la nueva "Ley Estatal de la Nación", pocas horas después de haber escrito un enérgico artículo contra esa misma ley que tituló “¿Quién demonios somos?”.
Acento, que tuvo el privilegio de traducir especialmente y publicar su columna semanal desde febrero de 2011 hasta esta última entrega, lamenta profundamente la partida de Uri Avnery.