Este 9 de enero 2020 se cumplieron 75 años de la aprobación de la Carta de las Naciones Unidas. En el Consejo de Seguridad, donde la República Dominicana está presente, se debatió el significado de esta carta, y las palabras finales de nuestro embajador especial José Singer, fueron las siguientes:
Permítame concluir recordando unas palabras del humanista dominicano de alcance continental, Don Pedro Henríquez Ureña quien afirmo que “el ideal de la civilización no es la unificación completa de todos los hombres y todos los países, sino la conservación de todas las diferencias dentro de una armonía”.
Las tensiones internacionales actuales, lideradas por Estados Unidos e Irán, han colocado al mundo en un alto riesgo. Estados Unidos mató a siete personas iraquíes en Bagdad, la pasada semana, y el presidente Donald Trump lo anunció como un castigo a ese país. Entre los muertos se encontraba el general Qasem Soleimani, el segundo hombre más importante después del presidente y líder religioso ayatolá Ali Khamenei. En respuesta Irán disparó misiles contra dos bases militares norteamericanas en Iráq, sin víctimas fatales. Sonaron los tambores de guerra.
Esta semana, el vuelo 752 de Ukraine International Airlines (UIA), en el que viajaban 176 pasajeros y tripulantes, fue derribado al salir de Teherán. Un total de 63 pasajeros eran canadienses. Todos los ocupantes de la aeronave murieron. Precisamente este 9 de enero se acaba de revelar que un misil tierra-aire de Irán derribó el avión, por error o por nerviosismo, o por venganza. Una tragedia adicional, y una gran irresponsabilidad de los líderes de Iran.
Naciones Unidas es el escenario para la solución de las diferencias entre países, como bien establece la Carta de las Naciones Unidas y como ha recordado la República Dominicana en el Consejo de Seguridad.
La República Dominicana quisiera resaltar la importancia de fomentar el arreglo pacífico de controversias, en el marco del multilateralismo, como mecanismo de prevención de conflictos, teniendo en cuenta las distintas herramientas que la Carta pone a disposición de los Estados para ello. Instamos a la comunidad internacional a restaurar la fe en el poder resolutorio del diálogo y la concertación, teniendo como norte la salvaguarda de la paz y la seguridad en todo el mundo, por encima de cualquier disputa e interés particular.
Esto lo ha dicho el embajador Sínger en nombre del gobierno y el Pueblo dominicano. Los conflictos mundiales no se resuelven con prepotencia, altanería y exhibiendo la potencia armamentista que tiene cada país. Los líderes de Estados Unidos y de Irán tienen un lenguaje de guerra, amenazante y cargado de palabras vengativas, como si la destrucción del otro representara un triunfo para cada uno de ellos. El triunfo es la convivencia y la paz, aún en medio de las divergencias, como ha establecido el maestro Pedro Henríquez Ureña y ha sido justamente recordado por el embajador Singer.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha dicho que su país tiene inteligencia en la región del Medio Oriente, y que le ha sido confirmado por esas y otras fuentes que las fuerzas de Irán fueron las que derribaron el avión con 176 personas. Quienes iban en ese vuelo eran principalmente extranjeros que salían de Irán por el ambiente de guerra que se respiraba allí. En el sepelio del general Qasem Soleimani murieron 56 personas en una estampida que se produjo. Todas estas muertes tienen su origen en la decisión irracional del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de atacar a un militar y alto funcionario de Irán sin que exista una guerra entre esos dos países. Es el Congreso de Estados Unidos quien tiene la potestad constitucional de declarar una guerra, y eso no ha ocurrido.
Estados Unidos debe retornar a la búsqueda de la paz, no a incendiar ni echar combustible al fuego, como con insistencia ha ocurrido con Corea del Norte, en el ámbito militar, o con China, en el ámbito comercial. Los países y los pueblos mejoran y crecen en ambientes de paz, nunca de guerra.