República Dominicana tiene una deuda de gratitud histórica con Venezuela.
No está de más recordar que nuestro padre fundador, Juan Pablo Duarte, vivió, trabajó y murió en Venezuela.
Durante las tiranías de Rafael Trujillo, del Triunvirato y de Joaquín Balaguer, miles de dominicanos fueron acogidos en suelo venezolano en condición de exiliados o simplemente como inmigrantes, los cuales contaron con la solidaridad y la oportunidad del hermano pueblo de Venezuela.
Durante muchos años los diversos gobiernos de Venezuela han sido generosos con el pueblo dominicano, tanto en el aspecto económico como en el político.
No olvidemos que el dictador Trujillo pagó en el año 1960 a sicarios para que asesinaran al presidente Rómulo Betancourt, en venganza por la ayuda dada por el gobernante venezolano a los dominicanos del exilio que luchaban por liberar a República Dominicana de la dictadura.
Cuando los dominicanos necesitamos de la mano amiga de los venezolanos, los hijos de Simón Bolívar nos dieron las dos manos. Ahora nos corresponde a nosotros, los hijos de Juan Pablo Duarte, actuar con gratitud
Ahora el pueblo de Venezuela atraviesa una difícil situación política y económica que ha llevado a miles de sus hijos a optar por la migración.
Venezolanos que viven actualmente en República Dominicana quieren permanecer en nuestro suelo y regularizar su situación como residentes formales, y así lo han solicitado a las autoridades nacionales.
Este lunes se expresaron en ese sentido solicitando al gobierno dominicano que evalúe las alternativas posibles para que les facilite legalizar la situación migratoria de miles de hombres y mujeres de Venezuela que se han establecido en República Dominicana en los últimos años.
Entre otras razones, resaltaron que los problemas de inseguridad, carencia de alimentos, de medicina y servicios de salud, unidos a la crisis política de su país los convierten en personas calificados para recibir la condición de refugiados, tal como lo establece el Estatuto de la Convención de Ginebra sobre esa materia.
Creemos atendible esta petición. Cuando los dominicanos necesitamos de la mano amiga de los venezolanos, los hijos de Simón Bolívar nos dieron las dos manos.
Ahora nos corresponde a nosotros, los hijos de Juan Pablo Duarte, actuar con gratitud. Debemos ayudar y acoger en nuestra casa a los hermanos venezolanos que necesitan de apoyo y solidaridad.
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