La semana Santa es el período en que termina la tradición cristiana con la conmemoración de la muerte y resurrección de Cristo. Normalmente, las personas devotas de dicha fe hacen labores de recogimiento y reflexión. La reflexión es sobre la vida de Jesús y su ejemplo a la humanidad. Ejemplo de amor y respeto de unas personas con otras. El conjunto de las personas conforma la comunidad y las comunidades la sociedad. Es decir, debemos seguir el ejemplo de Jesús dentro de nuestra comunidad y nuestra sociedad.
Al paso del tiempo, la Semana Santa ha devenido en ser tiempo de ocio, en el que los días de recordación de la pasión de Cristo son aprovechados para llevar a cabo actividades de descanso de las actividades formalmente productivas, tanto laborales como escolares. La tradición en nuestro país es el uso del tiempo para la reunión familiar. Apartamos de nuestra mente nuestros asuntos sociales para concentrarnos en los personales y familiares.
La Semana Santa ahora es un tiempo de escape. No nos desconectamos de las actividades laborales, sino que escapamos de ellas. Pero no sólo de las laborales. Generalmente viajamos fuera de casa, al campo, al río, a otra ciudad, a visitar personas lejanas. Queremos salir de nuestra realidad, escapar, para adentrarnos en otro ambiente, creer que las cosas serán diferentes por el hecho de escapar.
Son muy comunes las Homilías en la Semana Santa, y cobran especial relevancia cuando nuestras comunidades se encuentran en una situación social delicada. Se refiere a las declaraciones recientes sobre la inobservancia y el irrespeto a las leyes que estamos viviendo en nuestra sociedad y que ponen en peligro nuestra institucionalidad democrática.
Sobre estos particulares, las opiniones siempre serán muy variadas, de acuerdo al lugar social que nos corresponda a cada uno. Pero siempre estará la Semana Santa para la reflexión, o el escape. Si escapamos, habremos perdido la buena oportunidad de reflexionar, pues la realidad estará intacta al regreso de nuestro viaje de ocio. Por el contrario, si reflexionamos, podemos modificar, bajo el ejemplo de Jesús, algo de la situación de la que pudiéramos querer escapar. Es por esto, la propuesta para aprovechar este tiempo y hacer una sencilla pero profunda reflexión, para que nuestra sociedad se cuide de caer en las situaciones que están amenazando su institucionalidad democrática y que pone en riesgo el respeto a los derechos de todos y cada uno de nosotros.