Teófilo Quico Tabar es una persona conocida, bien conocida, en su rectitud y conocimiento del aparato burocrático público. No tiene partido conocido, aunque todos los que le conocen saben de su fuerte inclinación socialcristiana, y de su vocación de servicio.
Ante los acontecimientos fraudulentos en la Lotería Nacional, el presidente Luis Abinader le ha entregado la responsabilidad de conducir, provisionalmente, la entidad estatal.
Con apenas unos días al frente de la Lotería, Quico Tabar ya presentó muy claramente sus tareas inmediatas: Sanear y entregar al gobierno una institución distinta a la que existe hoy. El documento entregado a los medios de comunicación es un diagnóstico del camino transitado hasta ahora por la Lotería Nacional.
En la Lotería Nacional se realizan cada semana entre 13 y 14 sorteos, que no son de la Lotería, sino que corresponden a bancas privadas que han firmado acuerdos para utilizar el nombre de la Lotería. La Lotería solo realiza un sorteo semanal, y dos o tres veces año realiza un sorteo extraordinario con motivo de las madres o las navidades. Todo lo demás que se conoce se atribuye a la Lotería, pero no es de ella y no le corresponde. Apenas presta su nombre.
“Los concesionarios privados, o sea, los que tienen sus propios sorteos, tributan por vía de la Tesorería y la Contraloría, quienes los envían a la cuenta de la Lotería Nacional. Las demás agencias o Bancas legalizadas, tributan a través de la DGII, Ministerio de Hacienda o Tesorería. Dichos fondos de alguna forma sirven para que el gobierno subsidie a esta institución”. Evidentemente, de acuerdo a lo escrito por Quico Tabar, algunas cosas no andan correctamente.
La Lotería no paga premios de nadie ni sus fondos resultan afectados cuando hay fraudes. Esta institución presta sus salones y su imagen, y por eso se confunde que cuando hay un fraude en una lotería privada se atribuye a la entidad pública. Eso es inadmisible
Según Tabar en el país hay 30,370 bancas privadas legales. Y según fuentes, se dice que las bancas ilegales podrían llegar a 100 mil en todo el territorio nacional. “Y eso debe ser motivo de preocupación”.
Eso quiere decir que el monopolio que tuvo la Lotería Nacional durante muchos años ha pasado a manos de elementos privados. Y la Lotería ahora no tiene capacidad de fiscalización de los acuerdos firmados con loterías privadas. Como consecuencia de ello, las bancas privadas controlan absolutamente el negocio del juego de azar en el país, utilizando el nombre de la Lotería Nacional.
“Los problemas que se han presentado, independientemente de cualquier manejo fuera de los principios bien aceptados o éticos, se posibilitan más cuando se entremezclan los actores. Cuando no se sabe claramente dónde terminan los linderos de quienes representan al Estado y donde comienzan los que representan las del sector privado”.
No se sabe a quién sirve la Lotería Nacional, si a las bancas de apuestas, legales e ilegales, o al Estado. Todo es confuso en este momento, pero Quico entiende que ha llegado el momento de aclarar las cosas, y cree que el presidente le entregó una responsabilidad a la que no va a renunciar.
Los dueños de las Bancas, el Ministerio de Hacienda, la DGII, el gobierno, y todos los organismos que de alguna manera se involucran en estos procesos, deben lo antes posible establecer nuevos canales públicos, para que la Lotería Nacional juegue su rol como le fue asignado desde su fundación el siglo antepasado.
Quico Tabar lo tiene claro. A partir de ahora cada quien debe asumir su responsabilidad. “No se trata de un pleito. Se trata de aclarar las cosas. Establecer un dialogo urgente entre los diferentes actores, para que la Lotería, que no es la dueña de las Bancas, ni del proceso de juego, deje de ser la creadora de duda”.
El plan del nuevo administrador es bueno y ayuda a la sanidad pública. Las bancas son instituciones poderosas. Tienen representación en el Congreso Nacional y tienen el poder del dinero. Ojalá no logren torcer el pulso a Quico Tabar. Si tributan es una tarea que tiene la DGII, pero la existencia de tantas bancas ilegales indican que el hoyo es muy grande en contra del Estado.
Ofrecemos todo el apoyo al administrador de la Lotería. La ciudadanía debe brindarle apoyo para que esa erntidad rinda resultados más allá de lo que hasta ahora se conoce. “No vine a la Lotería Nacional, institución que personalmente no me atrae, a competir o crear conflictos. Vine a cumplir una encomienda. A colaborar con la creación de confianza como vía para alcanzar plena credibilidad. Para lo cual aportaremos nuestros mejores esfuerzos en tratar de lograr esos objetivos”, ha dicho Quico Tabar, y le creemos.
Otro principio suyo que hay que avalar y respaldar: “Nadie que tenga intereses en el negocio de las bancas podrá laborar en la Lotería Nacional mientras yo esté al frente de ella. Absolutamente nadie, porque eso permite y fomenta la confusión. Arrastra la permisividad y provoca conflictos de intereses. Que al final perjudican a la institución y a todo el sector”.
Totalmente de acuerdo con que La Lotería Nacional, como parte del gobierno y el Estado, deberá “convertirse en una institución capaz de colocarse al nivel de las mejores empresas de este éste tipo en cualquier parte del mundo. Con poca inversión. Con transparencia y sentido de colaboración. Y con la participación de personas con vocación de servicio”.