El presidente Luis Abinader ha expresado optimismo en cuanto a la recuperación de la economía a partir del segundo semestre del presidente año. Lo hizo en una visita a Cap Cana, en donde conoció de proyectos de inversión inmobiliaria y turística que están a punto de ser lanzados. Tanto las palabras del presidente como las del ministro de turismo, David Collado, reflejan una expectativa grande sobre la recuperación económica a partir del mes de junio: “en todos los órdenes nos vamos a recuperar y no solamente en el turismo y la industria”.

Ese optimismo es bueno, y alimenta muchas otras posibilidades, como las del cine como parte de una industria global, o la del desarrollo tecnológico, con posibilidades de que recibamos inversiones inteligentes que sobrepasen a la tradicional industria de zonas francas.

El presidente informó que se han recuperado más de 40 mil empleos en la industria turística, y otros 18 mil empleos nuevos están ya incorporados como parte de iniciativas privadas y públicas. Celebramos que las autoridades vean el camino abierto para la recuperación y que la luz al final del túnel de la pandemia comience a ser vista, para beneficio de todos. Incluso que el nuevo gobierno pueda desarrollar su plan de gobierno liberado de los efectos de la pandemia de Covid-19.

Sin embargo, veamos algunos de los problemas a los que se enfrenta el gobierno en ese posible relanzamiento óptimo de la economía.

La inflación es una amenaza que nos ha rondado y que ha causado ya efectos nocivos, y sobre lo cual las autoridades han tenido que tomar medidas, como asumir los altos costos de los aumentos del petróleo y no transferirlo a los consumidores. El asumir los aumentos del barril de petróleo ha conllevado que el gobierno deje de recibir 380 millones de dólares. Esto se podría extender al presupuesto del 2021, y hasta obligar a las autoridades a pensar en algo que nadie quiere mencionar: Una reforma fiscal. Y no es el petróleo el único problema que nos afecta: Los fletes han aumentado excesivamente y esto repercute sobre muchos de los productos de la canasta básica, como ya ha sido reconocido por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, por las materias primas como el trigo, la soya, el azúcar, el algodón, el gas natural, , el café, el maíz, el ganado.

El otro factor a tomar en cuenta es la variable dólar en la economía dominicana. Turismo y remesas son factores relevantes, al igual que la inversión extranjera. Sólo las remesas parecen mantener su vitalidad. Nuestra balanza comercial con Estados Unidos es altamente negativa. Las importaciones de bienes de consumo procedente del mercado americano podría subir. Los turistas podrían esperar otro momento para viajar debido a la incertidumbre en Estados Unidos, con un nuevo gobierno y con serios problemas para hacer frente al Covid-19.

Vale decir, que factores externos son los que más gravitan sobre nuestra economía y nuestro crecimiento a partir del segundo semestre de este año. Para las autoridades del Banco Central nuestro crecimiento en 2021 podría ser de 6%, aún con los remanentes de la pandemia, que puedan quedar luego de la vacunación. En este escenario parece que no entra en juego una tercera o cuarta ola del Covid-19, como está ocurriendo en algunos países de Europa y América Latina.

Hay detalles a tomar en cuenta que resultan positivos: En los tres primeros meses del año 2021 se ha registrado un aumento de 7.5% de los ingresos fiscales por encima de lo programado. Si a este aumento se le sumaran 380 millones de dólares dejados de recibir por los aumentos no realizados a los combustibles, sería mucho mayor. Eso va acompañado de una racionalización del gasto oficial que representa una caída de un 12% con respecto a lo programado. Es decir, que el presupuesto de 2021 está registrando un superávit significativo al ser mayor la cifra percibida y menor la presupuestada para gastos.

Sin embargo, la crisis obliga al gobierno a aumentar significativamente las inversiones de capital, y a estimular la economía con disponibilidad de más recursos circulantes. El gobierno está obligado a gastar más para alcanzar en parte la recuperación del PIB que cayó un 6.7% en el 2020. El gobierno sigue invirtiendo en los programas sociales de apoyo a las familias afectadas, y el presidente está empeñado en la generación de empleos. En su declaración en Cap Cana el presidente dijo lo siguiente: "Porque el objetivo del Gobierno principalmente es uno, creación de empleos; dos, creación de empleos, y tres, creación de empleos”. 

La impresión que queda es que no será suficiente el impulso al sector privado. Y que el gobierno tendrá que emplear a muchas más personas, ya sean temporales o para programas especiales de impulso a determinadas áreas. Tarea que habrá que hacer con transparencia y con rapidez. Una cosa no es amiga de la otra. Muchos proyectos viables y necesarios están siendo detenidos porque no cumplen todos los requisitos de la Dirección de Compras y Contrataciones. Las autoridades tendrán que buscar un punto de equilibrio entre la necesidad de invertir y la búsqueda de la transparencia.

Y finalmente, la vacunación sigue siendo un punto principal en la recuperación económica. Han llegado nuevas vacunas, pero no hay nuevos pasos en la programación de la vacunación. El millón de vacunas que llegó se utilizará en completar la vacunación de los docentes y para cumplir la segunda dosis con las personas ya vacunadas.

Se necesita, como dijo el presidente Abinader recientemente, que los laboratorios a los que se compró vacunas con tiempo cumplan con la entrega que prometieron.