Eddy Olivares, miembro titular de la Junta Central Electoral, ha remitido una comunicación al presidente de ese organismo, Roberto Rosario Márquez, en la que reclama se proceda a reconocer a un grupo de organizaciones políticas que han cumplido cabalmente con los requisitos que establece la Constitución y la Ley Electoral para participar, como los demás, en el proceso electoral del 2016.

Si estamos en un sistema democrático, es una falta de respeto, una desconsideración, una violación de los principios de igualdad, que el presidente de la JCE se empeñe en desconocer los derechos adquiridos de 8 partidos políticos, 3 movimientos municipales, un movimiento provincial y un movimiento del Distrito Nacional.

La carta de Olivares es muy elocuente. Cita con detalles todos los momentos que se han dado para el reconocimiento, pero el presidente Rosario ha obstaculizado la decisión, por razones que el magistrado Olivares califica de “extrañas”, pero que todos sabemos se trata de parcialidad política o interés ilegal e ilegítimo en sacrificar los derechos de quienes él entiende podrían adversar al partido al que pertenece, que no es otro que el partido de gobierno.

Solo hay que leer la carta de Eddy Olivares para entender hasta dónde se ha distanciado el rol imparcial de la JCE como responsable de organizar las elecciones y dirimir los aspectos organizativos de las elecciones.

El personalismo del que habla Eddy Olivares en la dirección de la JCE es una muestra de hasta dónde los directivos de las entidades del Estado se creen dueños de las instancias de la democracia. La JCE no es una propiedad particular de un cacique, ni debe serlo, pero lamentablemente lo parece. Roberto Rosario es el dueño y señor de las decisiones, con una mayoría mecánica de jueces que están allí para responder “sí señor” a las decisiones de su presidente.

Y no se trata sólo del Partido Alianza País, que ya ha realizado vigilias en el país y en el exterior solicitando su reconocimiento. Y por cierto, si leernos la carta de Olivares veremos que el reconocimiento no se ha producido ni por falta de dinero, ni de personal, sino por parcialidad política.

Guillermo Moreno y Alianza País llevan dos años y 29 días días esperando el reconocimiento. Y cuando conmemoró los dos años de la solicitud, la respuesta del doctor Roberto Rosario fue mendaz e irrespetuosa, algo que no merece el doctor Guillermo Moreno, un político responsable y que representa una de las notables excepciones del cuadro partidarista de la República Dominicana, marcado por la irresponsabilidad, el clientelismo y el zigzagueo. Más que ideología les guía el olor del dinero.

Otros partidos citados por Olivares, que esperan reconocimiento y que han cumplido con los requisitos son:

Movimiento Primero la Gente (MPG), hace 1 año, 4 meses y 5 días;

Movimiento Rebelde (MR), hace 10 meses y 25 días;

Partido Verde de la Unidad Democrática (PVUD), hace 9 meses y 4 días;

Partido Socialista Cristiano (PSC), hace 8 meses y 23 días;

Partido de la Esperanza Nacional (PEN), hace 8 meses y 18 días; Partido de Salvación Nacional (PSN), hace 8 meses y 25 días; Movimiento Patria para Tod@s (MPT), hace 8 meses y 6 días.

“El reconocimiento de los partidos políticos, también ha sido víctima del presidencialismo y el personalismo extremo que caracteriza la conducción de nuestra institución, en perjuicio de la equidad y la integridad que debe prevalecer en un órgano electoral”.

Esta última frase retrata con mucha claridad la ausencia de pulcritud, de idoneidad y de democracia en quienes tienen las decisiones en la JCE. Una vergüenza para la democracia política dominicana.