Reconocidos empresarios se quejan de las presiones y de las decisiones que ha tomado la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), de aplicar la ley y poner en evidencia a los empresarios y negocios que se niegan a cumplir con sus compromisos tributarios, incluyendo la necesaria y obligatoria declaración jurada de sociedades, más conocida como IR-2.
En la premiación de este martes realizada por la Asociación de Industrias de la República Dominicana, el empresario Marcial Najri, quien fue reconocido e invitado a ofrecer una conferencia magistral sobre su experiencia de vida empresarial, realizó cuestionamientos a la DGII por el cierre de negocios que no cumplen con sus obligaciones. Dijo que haría falta que las autoridades de impuestos visitaran más el zoológico dominicano. Fue una analogía casi graciosa, pero adornándola con una crítica a la autoridad responsable del cobro de los impuestos.
Lo mismo han dicho varias asociaciones de comerciantes, que se han declarado en estado de alerta y organizado protestas contra la DGII porque, por primera vez en mucho tiempo, está demostrando que no cumplir las obligaciones impositivas trae consecuencias y entre ellas, una es que te cierren tu establecimiento comercial, independientemente de los vínculos políticos que usted tenga o de las donaciones que haya hecho para la campaña electoral del que resultó presidente de la República.
Hace bien la autoridad fiscal en cerrar establecimientos comerciales que se niegan a cumplir sus obligaciones no declarando sus operaciones. Es el primer paso, evadir esa declaración IR-2, para que no se conozcan sus ganancias y por tanto para evadir el pago de los impuestos. Muchas fortunas dominicanas han crecido extraordinariamente gracias a la experiencia que han acumulado en evadir el cumplimiento de sus responsabilidades fiscales.
Magín Díaz, director de la DGII, ha dicho que la República Dominicana tiene la característica, extraña por supuesto, de tener negocios abiertos y creciendo, que cada año declaran pérdidas en sus resultados y que a su vez tienen accionistas y propietarios cada día más ricos, que no solamente tienen villas en los centros turísticos y vacacionales, sino que poseen propiedades inmobiliarias en el exterior, tienen aviones y helicópteros, y viven como príncipes, al mismo tiempo que sus empresas registran pérdidas cada año.
La evasión fiscal es casi un deporte nacional practicado por todo el mundo. Lo importante es que si una autoridad quiere hacer cumplir la ley, que le brindemos apoyo, porque lo que es igual para todos no beneficia a nadie en particular. Ya vimos que al senador de la provincia Peravia le cerraron un establecimiento por las mismas razones que una casa representativa de vehículos de alto costo también fue cerrada hasta que cumpliera con su deber.
El sector empresarial dominicano debe apoyar a la autoridad fiscal que se empeña que que todo el que tiene que pagar impuestos los pague. Grandes y pequeños. Los fondos que requiere el Estado para sus obligaciones se recaudan aproximadamente de 600 grandes contribuyentes. Los negocios intermedios son grandes evasores, y como no hay recursos suficientes, ni capacidad operativa para auditar a todos, existe la gran evasión que se registra esencialmente en el ITBIS y otros impuestos.
Otra cosa es la política fiscal, que la define el gobierno con la aprobación del poder legislativo. Marcial Najri declaró, por ejemplo que las exenciones fiscales no favorecen a los empresarios, sino a la sociedad que recibe los beneficios de la prosperidad de los negocios. Eso es discutible. Hoy por ejemplo, el sector turismo es muy próspero y deja cuantiosos beneficios, luego de muchos años de exenciones fiscales para el incentivo. Esas exenciones se mantienen, y habría que discutirlas, porque es un sector maduro, que tiene ventajas comparativas cuando se le compara con otros sectores.
Ojalá que el sector empresarial se ponga de acuerdo y reclame igualdad para todos los grupos y sectores de la economía, en materia impositiva. Mientras esa igualdad llega corresponde a la DGII seguir presionando para reducir la evasión fiscal, que sigue siendo excesivamente elevada.