Entre Guanito y Juan Cano no hay carretera. Es un infierno lo que se utiliza como camino, que no puede ni siquiera ser definido como camino vecinal o como vía para unir a los dominicanos que residen en ese apartado lugar del municipio Comendador, de la provincia Elías Piña.

En el lugar viven cientos de dominicanos. También hay ciudadanos haitianos que están asentados en esas comunidades. El Ministerio de Obras Públicas tiene desplazados por allí algunos equipos de trabajo, y hasta han sido lanzados en el trayecto de Matayaya Guanito docenas de metros cúbicos de cascajo.

La gente de allí espera que hagan algo, porque la migración que se está produciendo está dejando abandonadas esas comunidades. Nadie quiere vivir por allí, olvidados por completo de la civilización, de las autoridades locales, del gobierno central y hasta de los demás ciudadanos del país, que desconocen que aquello es un lugar exuberante, esculpido por las lomas de la Sierra de Neiba, en donde casi no se conoce el calor.

Metido entre las montañas, rescatando la tierra productiva de las filosas piedras volcánicas, desde hace 25 años, el empresario Manuel Castillo Pimentel ha desarrollado en aquel bello y simbólico macizo montañoso un proyecto de producción de aguacates que no tiene dimensión en otro lugar de la República Dominicana y probablemente del Caribe.

Son aguacates de exportación. Las plantas se producen en San José de Ocoa, donde hay también una gran siembra de la variedad Hass, casi exclusivo de exportación. Las dos mil hectáreas de la finca de Elías Piña producen aguacates todo el año, pero las dificultades de transformación deterioran el producto, y no ha podido funcionar el centro de acopio en Juan Cano, cerca de Guanito, porque el camino es inservible.

Ya la empresa de Castillo Pimentel ha realizado una extraordinaria inversión en infraestructura vial, pues sus plantaciones de aguacate, en precarias condiciones, pueden ser visitadas, supervisadas y recogidos sus frutos durante todo el año. Pero de ahí a sacar los aguacates, en condiciones, hay un gran trecho. Son solo 10 kilómetros de camino los que deben se arreglados, puestos en condiciones.

El proyecto genera empleos a ciudadanos dominicanos, especialmente técnicos, y a mano de obra dominicana y haitiana, que participan de la cosecha durante todo el año. Sin embargo, faltan consolidar la parte del proyecto de acopio de la producción, empaque y colocación en vehículos de transporte adecuados para su envío al mercado internacional.

Hoy día de cada cien aguacates hass que se consumen en Estados Unidos uno es dominicano. La calidad del producto, y los precios a que pueden ser colocados en Estados Unidos, hacen bien competitivo el aguacate producido aquí. Pero no es posible que el mercado crezca por razones entendibles de la escasa infraestructura vial de Elías Piña.

Ahora que el Ministerio de Obras Públicas ha comenzado a trabajar un trayecto de la vía que comunica a Matayaya con Guanito, le recomendamos que llegue hasta Juan Cano, y que cumpla de ese modo su trabajo de ayudar también a los productores agrícolas, emprendedores, que han arriesgado capital, esfuerzo y han sacrificado su propia economía para poner en marcha un proyecto que tiene, es seguro que es así, gran futuro para las exportaciones dominicanas.