La Casa Comunitaria de Justicia cumple este mes de octubre 10 años de servicio al proceso de modernización de justicia en el país. Ha sido una iniciativa enriquecedora, patrocinada por la Agencia Internacional para el Desarrollo, de Estados Unidos, con Participación Ciudadana y la Suprema Corte de Justicia.
El proyecto inició en Santo Domingo, con una casa como modelo de gestión de solución alterna de conflictos. Solucionaba casos con potencial de ir a los tribunales, y de ese modo -al resolver esos conflictos antes de ir a los tribunales- ayudaba en la descongestión de los burocráticos y complicados procesos judiciales, y de paso abarataba para las familias la resolución de problemas que tenían la posibilidad de quedar en manos de abogados, al mismo tiempo que especializaba a profesionales del derecho en un área en la que el país carecía de experiencia.
La Suprema Corte de Justicia, tanto en la presidencia de Jorge Subero Isa como en la presidencia de Mariano Germán, ha dado apoyo a la iniciativa, aportando personal especializado y ofreciendo apoyo logístico. Algunos ayuntamientos se han sumado, así como grupos empresariales, que han constatado la validez y eficacia del programa. Hasta el momento se han instalado nueve casas comunitarias de justicia, en diferentes municipios del país.
En casi 10 años de servicio, ha beneficiado a una población de más 250,000 personas, a través del abordaje de conflictos tanto familiares como comunitarios, tales como manutención de hijos menores, guarda, regulación de Visitas, partición de bienes, conflictos de linderos, inquilinato, deudas, ruidos ambientales y atención a personas migrantes en situación irregular.
La sustentabilidad social y económica así como su replicabilidad, se fundamenta en la participación y auspicio de las entidades estatales, sociedad civil y sector empresarial, antes mencionada.
La primera Casa Comunitaria de Justicia se instaló a finales del 2006 en el barrio Cienfuegos, de Santiago, como plan piloto. De manera gradual fueron puestas en funcionamiento en otros municipios dicha iniciativa, y en la actualidad se cuenta 9 casas en 7 municipios que integran el corredor Duarte, Región Norte, y el Distrito Nacional, caracterizados por la existencia de pobreza moderada a extrema y alta tasas de conflictividad.
Una buena noticia, que viene en ocasión del décimo aniversario es que este ejemplo de trabajo mancomunado fue seleccionado por el “Comité Científico del XII Congreso Mundial de Mediación y Cultura de Paz, como un ejemplo replicable y exitoso, de alcance global, y sus resultados se dieron a conocer entre finales de septiembre y princpio de octubre en el XII Congreso Mundial de Mediación, realizado en Bogotá, Colombia.
Las actividades y el ejemplo desarrollado y mostrado por el proyecto Casa Comunitaria de Justicia tiene una dimensión muy grande, por ejemplo, en el ámbito de los recursos que necesita la justicia que atender las necesidades de la sociedad. Ahora que la Suprema Corte de Justicia ha dicho que el presupuesto que le ha sido asignado para el 2017 no es suficiente, la reducción de los casos por atender en manos de los mediadores de la Casa Comunitaria de Justicia, representa un gran aporte económico a la efectividad del poder judicial.
Tal vez algunos no miden este esfuerzo como un grandioso aporte, pero sólo hay que imaginar que los casos atendidos por esta vía, sin que se hayan judicializado, con más de 250 mil personas involucradas, tienen un monto de dinero que no es posible tasar a simple vista.
Nuestras felicitaciones a la Casa Comunitaria de Justicia en este décimo aniversario
y que los frutos de su esfuerzo continúen creciendo.