A cuatro días de las elecciones ya si es verdad que se acabo el tiempo y todos y todas debemos colaborar para alcanzar el clima de paz y tranquilidad necesario para este 15 de mayo y en los días previos y posteriores.

Todos y todas tenemos algún agravio que reclamar. Desde la JCE, los partidos políticos, los candidatos, aquellos que trataron de serlo y no pasaron, los observadores, las organizaciones de la sociedad civil, las iglesias. La principal agraviada ha sido la ciudadanía con una campaña avasallante, que además le corresponderá pagar.

No se trata de olvidad sino de dejar para después de las elecciones aquellos temas que no son fundamentales para garantizar su transparencia y por lo tanto no aportan a la creación del clima que necesitamos en esta fase final del proceso electoral. Ya habrá tiempo después para evaluar todos los problemas, errores, ineficiencias, insultos, zancadillas, y un largo etcétera que en estos momentos solo sirven para evitar que nos escuchemos y podamos llegar a acuerdos sensatos.

Tampoco se trata de que todo se quede como está, pues está pendiente un tema muy relevante planteado por siete candidatos de partidos de la oposición con respecto al escrutinio electoral, que debe quedar resuelto sin más dilación y que requerirá apertura tanto de la JCE como de dichos partidos.

No se está tan lejos de alcanzar un acuerdo sobre este tema tan importante, pero primero es necesario  colocar a las partes en tabla rasa, olvidando el pasado y concentrándose en lograr el consenso, para lo cual cada parte debe mostrar la madurez que el país espera de sus líderes y funcionarios.

Participación Ciudadana ha propuesto la base de lo que podría ser este acuerdo, o por lo menos el contenido para iniciar la conversación, al plantear en el día de ayer a la JCE  la redacción y aprobación por su parte de un solo documento que contenga todos los pasos del procedimiento de escrutinio, sin omisiones y sin referencias a otros documentos para lograr que sea autosuficiente y que cada delegado pueda tenerlo para esclarecer cualquier situación que se presente en los colegios electorales.

Una de las principales dificultades que enfrentamos es que todos los pasos del procedimiento de escrutinio se encuentran dispersos en cuatro documentos, sin que ninguno describa todos los pasos a seguir, lo que puede generar confusión.

Las normas que describen procedimientos para el escrutinio son la Ley Electoral (art. 127), el Manual de instrucción de miembros de colegios, la Resolución 064-2016 y el Protocolo recién publicado.

El procedimiento descrito en la Ley Electoral (leer en voz alta a quien favorece cada voto de todos los niveles y mostrarlo a miembros  de colegio y delegados), fue omitido en el Manual y en la Resolución 064 y dejado en el Protocolo a la interpretación. Además es necesario alinear el Manual con la ley, pues dispone que las boletas se mantengan boca abajo,  lo que impide a los delegados verificar a quién favorece el voto.

El protocolo establece el siguiente procedimiento para los niveles municipal y congresual:

“1. Sacadas las boletas de las urnas del nivel Municipal y Congresual, numeradas las mismas y antes de proceder a su introducción al escáner, se desdoblaran y se agruparán en lotes que correspondan a los votos de partidos o alianzas de partidos según sea el caso.”

Si usted va a formar un lote de boletas, en el escrutinio municipal, para AlPaís, por ejemplo, cuando desdoble una boleta y quiera colocarla en el lote de AlPaís, tiene que enseñarle a todos los miembros del Colegio, a los delegados y a los observadores, que ese voto ha sido marcado efectivamente para AlPaís. Pero lo que acabo de escribir se encuentra implícito en la norma, se desprende de la lógica de la mecánica. En materia electoral la mejor norma es la que no deja mucho espacio para la interpretación, por más lógica que sea. La solución entonces es que en el nuevo documento que resuma todos los pasos, se utilice la misma redacción que la ley, con lo cual creo que la JCE no tendría problemas.

Pero para que este procedimiento establecido en la ley proteja los derechos de los partidos, la JCE deberá eliminar una nueva disposición incluida en el Protocolo que obliga a despojar, para el escrutinio, a todos los presentes de “marcador, bolígrafo o lápiz”. ¿Con qué instrumento de escribir llevarán los delegados el control del conteo o sus incidencias  si ya fueron además prohibidos los dispositivos electrónicos?  Para los observadores esto representa por igual un serio problema, pues deben llenar formularios durante el proceso y necesitan un instrumento para escribir.

Esta medida de la JCE es innecesaria, pues el riesgo  de que alguien pueda marcar las boletas (y anularlas) luego de que salgan de las urnas no es muy alto, ya que el control físico de las boletas lo tendrán el secretario y el presidente de cada colegio y el auxiliar técnico que las introducirá al escáner. En ningún momento lo tienen los delegados de los partidos y mucho menos los observadores. Podría incluso limitarse la restricción de tener instrumentos de marcar a los que tienen contacto físico con las boletas

Si la JCE muestra flexibilidad aprobando estas dos medidas, corresponderá a los partidos mostrarse flexibles entonces con su exigencia de que el conteo sea manual y electrónico en los niveles congresual y municipal.

Los partidos de oposición lo que necesitan es tener a sus delegados en condiciones de defender cada voto, para lo cual deben tener la posibilidad de verificar a quién favorece cada voto, lo que se lograría si el secretario de cada colegio lee en voz alta el nombre del partido o candidato favorecido y el presidente muestra cada boleta para que pueda ser corroborado visualmente.

En la votación presidencial no hay problemas pues ya la JCE autorizó el conteo electrónico y el manual y solo habría que ponerse de acuerdo en que no se transmitan los resultados del electrónico hasta tanto no haya sido verificado con el conteo manual, lo que luce lógico. Pero tan pronto ocurra esta verificación, se transmiten los resultados, garantizando así que alrededor de las 8:00 PM se sepan los resultados a nivel presidencial, aun cuando todavía se estén contando los votos de los otros dos niveles.

Con respecto a los otros dos niveles, el municipal y el congresual, los partidos pueden instruir a sus delegados para que lleven un conteo manual en cada colegio. Cuando no haya podido tener certeza sobre algún voto, que ejerzan el derecho de verificación que le otorga el artículo 133 de la Ley Electoral. En caso de que existe diferencia entre el conteo electrónico y el manual por ellos realizado, que impugnen el colegio y se haga constar en el acta con la finalidad de solicitar a la Junta Electoral competente el conteo manual a través del sistema contencioso electoral previsto en la ley. Aprovechemos esta oportunidad para eliminar esa vieja práctica truculenta de que “acta mata voto”, que es la negación del sistema contencioso electoral.

¿Quién invita a quién a la indispensable reunión para alcanzar el acuerdo? Es una cuestión de madurez. Apostemos porque todos se comporten con la madurez que reclama el país.