La medianoche de este jueves finalizó la precampaña electoral o primarias con miras a las elecciones municipales, congresuales y presidenciales del 2020.

Varias actividades políticas bajo techo coronaron esta culminación, en particular de los precandidatos del Partido de la Liberación Dominicana. En una de esas actividades estuvo, dicen que habría llegado improvisadamente, el presidente Danilo Medina, y allí pronunció un breve discurso de apoyo a Gonzalo Castillo. Todo el mundo sabía de ese apoyo, pero al parecer fue necesario que lo hiciera más explícito con unas palabras de encomio.

Leonel Fernández, de su lado, realizó una concentración en Los Jardines del Norte, y estuvo en varios programas de televisión. La Junta Central Electoral, árbitro de este proceso, ha sido imparcial y mantenido una conducta que facilite a cada uno de los más de 11 mil precandidatos el ejercicio de un derecho elemental, el de ser postulado y elegido. En este caso se trata de elecciones primarias a lo interno de los partidos, que sirven como pruebas para un sistema de votación simiautomarizado, que se pondrá en marcha en las elecciones presidenciales, congresuales y municipales del próximo año.

El país descansará un poco de este agitado ritmo político que hemos tenido en las primarias. Es una experiencia nueva, y un ejercicio de democratización de los partidos políticos.

El otro partido que decidió acogerse al sistema de primarias, utilizando su propio padrón de miembros, fue el Revolucionario Moderno. Las cosas han sido bastante bien para el principal partido opositor. La contienda interna ha sido ejemplarizadora, sin altercados y sin agresiones. Los dos principales aspirantes presidenciales se han reunido en varias ocasiones, desayunado o cenado juntos, y hasta inscribieron precandidaturas en conjunto, como ocurrió con Faride Raful en el Distrito Nacional, para la senaduría de esta provincia.

La experiencia debe ayudar al sistema de partidos políticos a organizarse mejor y a respetar sus normas estatutarias y la Ley de Partidos y Movimientos políticos, que desde el año pasado rige para los partidos, y evitar que las cúpulas sean las que controlen o decidan los aspectos más destacados de las organizaciones políticas.

La JCE deberá exigir la rendición de cuentas de los precandidatos y de los partidos políticos, y deberá garantizar que este proceso concluya con un escrutinio sin quejas o sin errores, para que todo el que participa acepte los resultados tal y como han sido dados a conocer por el eficiente sistema de cómputos que tiene montado la JCE.

Estas primarias deberán servir para disciplinar y mejorar la vida interna de los partidos políticos. El modelo escogido es que cada organización decide si realizar sus primarias abiertas o cerradas. Las organizaciones emergentes decidieron no arriesgarse con su presencia en este modelo, y otras organizaciones tradicionales tampoco quisieron probar. Solo el PLD y el PRM pusieron en manos de la JCE su proceso de elección de candidatos.

Con la esperanza de que las primarias salgan bien, y que sea posible la esperanza de unas elecciones generales en febrero y mayo del 2020 sin traumas ni querellas. A eso aspiramos.