El nuevo plazo otorgado por la Junta Central Electoral a los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Moderno (PRM) para la corrección de candidaturas con miras a las primarias del 6 de octubre próximo, vence el próximo martes 10 de septiembre.
En el caso del PRM tendrá que corregir las reservas que hizo de las candidaturas a senadores en todo el territorio nacional, que resultaron reservadas y que luego, por una acción ante el Tribunal Superior Electoral, fue declarada irregular la reserva, pues la interpretación de la ley es que de las candidaturas las cúpulas de los partidos pueden reservarse el 20 por ciento en cada caso: Senadores, diputados, regidores. Las presiones que tiene el PRM son muchas pero es seguro que podrá salir adelante con ese proceso.
La situación más compleja la tiene el PLD con un proceso doble: Seis pre-candidatos danilistas primero tendrán varias encuestas, de las que surgirá un escogido para ir el 6 de octubre a las primarias y enfrentarse al ex presidente Leonel Fernández. Las encuestas terminaron de aplicarse esta semana, y es seguro que en las próximas horas será anunciado el pre-candidato escogido entre Gonzalo Castillo, Francisco Domínguez Brito, Andrés Navarro, Temístocles Montás, Radhamés Segura y Maritza Hernández. Melanio Paredes es precandidato pero no se encuentra entre los danilistas, y hubo dos que salieron de la contienda: Carlos Amarante Baret y Reinaldo Pared Pérez. Cuatro son los que llevan una intensa campaña: Castillo, Domínguez, Navarro y Montás.
El desafío aquí es si se fracciona el danilismo o se mantiene unido. Hay quienes interpretan la salida de Amarante y Pared como una división o fraccionamiento de esa fuerza política, lo que estaría fortaleciendo a Leonel Fernández para la contienda del 6 de octubre. No todo se ha dicho en este caso, pues si la victoria recae en Gonzalo Castillo es muy probable que la presión sobre Amarante y Pared sea mayor para que se coloquen en fila con el delfin privilegiado, pese a las denuncias que hicieron, de que continuar en la contienda no era digno de ellos.
Leonel Fernández sigue mostrando pecho y hablando de sueños y de victoria, como forma de volver a encandilar a las masas de votantes que tradicionalmente le han favorecido. Sin embargo, ya no es el político que era, pues su imagen ha sufrido y su discurso no luce con la lozanía y atractivo que consiguió en el pasado. El choque sería entre Gonzalo Castillo y Leonel Fernández. Dos personajes muy disímiles. Uno político de cuerpo entero, pero desgastado y con alta tasa de rechazo, y otro empresario, suplidor del Estado, de escasa participación y poca tradición en la política, que se presenta como sangre nueva y que si alcanzara derrotar a Fernández en la contienda interna del PLD sería un fenómeno al que habría que poner toda la atención, tomando en cuenta la tradición política dominicana, en que los políticos emergentes jamás tienen éxito ante los líderes profesionales y tradicionales de la política como lo es Fernández.
Detrás de todo este proceso, casi como una sombra, está Danilo Medina, el armador, el estratega, el visionario que no pudo encestar en el momento clave de su partido, con miras a alcanzar una reforma constitucional que cada día se hace más compleja. Esa reforma solo sería posible con Gonzalo Castillo como candidato, y como alternativa en el danilismo.