Hoy se inicia, a las 5 de la tarde, la primera reunión del Consejo Nacional de la Magistratura en la administración del presidente Danilo Medina.
Por la composición del organismo, está claro que el presidente esperó tener el control absoluto para convocar esta reunión y designar a los jueces del Tribunal Superior Electoral y los que deben ser sustituidos de la Suprema Corte de Justicia, a su mejor conveniencia, y la de sus aliados.
Los cinco miembros del Tribunal Superior Electoral concluyeron el tiempo de su designación en agosto del año pasado. Corresponde ahora designar a los sustitutos. Esas personas que han tomado las decisiones judiciales sobre el sistema de partidos políticos son los responsables del cuadro dramático que se observa hoy: Crisis y división de los dos partidos políticos que han adversado al Partido de la Liberación en los últimos años, y la negación de la candidatura presidencial de la ex diputada Minou Tavarez Mirabal, quien renunciara de su condición de dirigente del PLD.
Lo que se ha reclamado desde los partidos políticos y la sociedad civil es que el Consejo Nacional de la Magistratura designe jueces independientes y no súcubos de los partidos de gobierno y sus aliados. Las decisiones sobre el Partido Revolucionario Dominicano son el ejemplo más dramático de cómo el Tribunal Superior Electoral destruyó el PRD y entregó sus restos a la parte que beneficiaba al PLD y la candidatura presidencial de Danilo Medina.
Las recientes designaciones de Fiquito Vásquez y Tomás Hernández Alberto, así como las anteriores designaciones que ha habido para el equipo de Miguel Vargas Maldonado en el Gobierno, evidencian que Danilo Medina sigue dependiendo de esa alianza para sus propósitos. Y que seguirá defendiendo ese acuerdo con nuevas designaciones políticas.
En el Tribunal Superior Electoral el control es absoluto por parte del PLD. Todos son cuadros políticos. El país necesita que las decisiones de ese tribunal cambien de rumbo, y se ajusten a la ley y a la justicia, y no a lo que convenga o no a un sector político. Si el Consejo Nacional de la Magistratura comenzará a debatir ahora sus decisiones para cambiar el TSE habrá que aumentar la presión para que los jueces que integren esa corte sean personas sin militancia política, abogados a los que les duela su prestigio, que tengan un poco de vergüenza y que les interese el fortalecimiento democrático de la sociedad dominicana.
En el caso de la Suprema Corte de Justicia, en donde se dice que hay cuatro posiciones en condiciones de cambiar, también hay que pedir que esta no sea una nueva oportunidad para convertir en danilista la SCJ, como hizo Leonel Fernández en el 2011, que designó una SCJ proclive a su sector.
Sin embargo, como hemos citado, Danilo Medina tiene ahora el control absoluto del Consejo Nacional de la Magistratura. Tiene el voto de la presidenta de la Cámara de Diputados, que es su hermana, el voto del presidente del Senado, que es una persona muy cercana a él, más el voto del Procurador General de la República. El voto de Danilo lleva a cuatro los votos a su favor, y como presidente de la República, y presidente del CNM, tiene el privilegio de un voto calificado, en caso de empate.
Danilo Medina no necesita de los votos de Mariano Germán, ni de Fran Soto, y menos necesitará los votos del PRM, de la diputada Josefa Castillo y del senador José Paliza. Lo más probable es que los votos de la SCJ se sumen a los de Danilo Medina.
En la SCJ habrá que designar al sustituto del presidente de la SCJ, pues Julio César Castaños Guzmán pasó a presidir la Junta Central Electoral. Las magistradas Dulce Rodríguez de Goris y Martha Orlga García ya cumplieron la edad del retiro, y se ha comentado que el magistrado Víctor José Castellanos expresó su decisión de salir del puesto por razones de salud.
Estas cuatro posiciones son importantes. Y lo correcto es que sean designadas profesionales del derecho con experiencia, con independencia y con dignidad, que hayan ingresado en la carrera judicial. Es vital la despolitización de la SCJ, porque una cabeza del poder judicial infectada de políticos es lo que ha evitado que los casos de corrupción sean juzgados y sancionados.
El país reclama independencia de los jueces, y la reunión que se inicia este lunes es muy importante para que los miembros del CNM entiendan la urgencia de despolitizar y despeledeizar los organismos judiciales dominicanos.