El tema de la reelección presidencial ya apesta. Todo el mundo lo lleva y lo trae, siempre a la conveniencia del que está sentado en la poltrona del Palacio Nacional.

Balaguer se sirvió de la reelección presidencial tanto como le fue posible, y el tema nunca se tocó cuando el Partido Revolucionario Dominicano fue dueño de la presidencia entre 1978 y 1986, con Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco.

Balaguer retornó al poder en 1986 y se reeligió en 1990, con un fraude al profesor Juan Bosch y al Partido de la Liberación Dominicana. En 1994 José Francisco Peña Gómez logró que se estableciera la prohibición a la reelección. Leonel Fernández, en su primer período 1996-2000, coqueteó con la idea, pero no se atrevió. Hipólito Mejía, sin embargo, se atrevíó a buscar una reelección en las peores condiciones, y todavía paga el precio de aquel desatino político.

Fue Mejía quien abrió esa compuerta a Leonel Fernández, que retornó en el 2004 y se reeligió en el 2008, y hubo que impedirle su repostulación en el 2012, luego de que se modificara la Constitución en el 2010.

Danilo Medina tiene una gran popularidad. Nadie nunca había tenido tanto apoyo a más de dos años de estar en la presidencia de la República. ¿Por qué Danilo es tan popular, pese a que ha tenido pocas realizaciones significativas? Es un tema de discusión. Hay quienes dicen que es porque no hay oposición o porque la sociedad lo asume como la antítesis de Leonel Fernández, que es el otro líder del PLD.

Danilo Medina no ha dicho que busca la reelección, pero hay partidarios suyos que ya están en campaña, incluyendo funcionarios importantes de su gobierno. Cuando Danilo asiste a actividades ya se ven en los pueblos las manifestaciones, generalmente promovidas o espontáneas, pidiendo cuatro años más.

La campaña electoral del 2016 ya está en marcha. Varios candidatos corren en el PLD (Francisco Javier García, Reinaldo Pared, Temístocles Montás, Leonel Fernández y Radhamés Segura). En el caso del ex presidente Fernández, no dice que esté en campaña, pero se atiene al sentido de los vientos, aunque todo el mundo sabe que el doctor Fernández se siente predestinado a gobernar el país hasta el año 2044, y probablemente luego de él sigan las generaciones de descendientes suyos que le sigan. Omar Fernández estaría siendo promocionado por el propio líder del PLD, y hay que suponer que además de hijo, el joven abogado es miembro de alguno de los órganos del PLD, aparte de contar con oficina en la Fundaci;on Global Democracia y Desarrollo.

En el Partido Revolucionario Dominicano se escogió a Miguel Vargas Maldonado. Se sabe que se trata de un dirigente en franco descenso de liderazgo y popularidad, reduciendo al PRD por primera vez en su historia a menos de un 5% del electorado.

En el Partido Revolucionario Moderno no se define todavía la selección de un candidato presidencial, pero hay varios compitiendo, en especial Hipólito Mejía y Luis Abinader, además de Geanilda Vásquez y Amaury Justo Duarte. El cuadro político electoral requiere de poco tiempo para definirse por completo.

La duda es sobre la decisión del presidente Danilo Medina. ¿Aceptará que el Comité Político discuta el tema de la reelección, a instancia suya, como se ha sugerido? ¿Estaría Danilo Medina esperando que Leonel Fernández le de apoyo a una reelección ahora, para dejar abierto ese capítulo en futuras contiendas electorales?

Nadie sabe lo que hará el presidente Medina. Pero el presidente parece muy pendiente del doctor Leonel Fernández, quien tiene ventajas comparativas frente a los demás aspirantes de su partido, sin incluir al presidente Medina. El presidente de la República pondría forzar un pacto con Fernández para que ninguno de los dos sea candidato, y que la selección se haga entre los que están aspirando en este momento. Danilo no aceptaría a Radhamés Segura, y Leonel no aceptaría a Temístocles Montás. Por tanto la decisión estaría entre Francisco Javier García y Reinaldo Pared Pérez.

De ser así, el cuadro podría despejarse en el PLD, y el fantasma de la división no seguiría asomando, tomando en cuenta que la oposición sigue siendo débil por la gran incertidumbre que prima en el PRM.

Son jirones de un cuadro político que parece muy completo, y que no toma en cuenta los factores externos a la política, como el comportamiento de la justicia, en República Dominicana y en los Estados Unidos, y la presencia de grupos fácticos de poder, como el sector empresarial, que podrían inclinar la balanza buscando continuar el período de estabilidad política que representa Danilo Medina en la presidencia de la República. Para ello, Danilo Medina tendría que tomar decisiones adicionales a las que se le atribuyen en este momento. Sólo él decidirá.