La Junta Central Electoral necesita el apoyo de los partidos políticos y de la ciudadanía. Las organizaciones de la Sociedad Civil han brindado apoyo, pero no es suficiente. La JCE debe estar más abierta y ser más receptivas con los apoyos que reciba.

A partir de ahora se intensificará la diatriba y los ataques a los miembros de la JCE. Ya lo vimos cuando se anunció la contratación de la firma Deloitte para la realización de la auditoría del sistema automatizado de votación. Tanta fue la crítica que la empresa decidió retirarse. Los ataques fueron a la empresa y a la JCE por haber hecho la contratación sin revisar exhaustivamente los antecedentes de la firma.

La JCE ha preparado el proceso electoral en dos partes del 2020 con el voto automatizado. Es un programa de fabricación propia. El sistema funciona con mucha calidad y ayudó a resolver el serio problema de las candidaturas múltiples, con votos separados, para un escrutinio que finalizó exitosamente y que pudo haberse convertido en un caos.

Necesitamos un tribunal electoral confiable, y es posible que éste se afiance. Ha tomado decisiones correctas, y no se entiende parcializado o inclinado en alguna dirección. La JCE sigue tomando decisiones correctas, pero necesita del voto automatizado para cumplir más fielmente con su rol de arbitrar las elecciones y ofrecer resultados generales que reflejen el voto del conjunto de la sociedad.

Compleja, y correcta, fue la decisión del pleno de la JCE sobre la presencia de Leonel Fernández en las elecciones generales de mayo próximo. Falta ahora que el Tribunal Constitucional ratifique esa decisión, que se adoptó asumiendo una sentencia del Tribunal Superior Electoral.

La JCE necesita más apoyo del que le estamos ofreciendo. Ojalá puedo conseguirlo, para bien de nuestro sistema democrático.