Magín Díaz Domingo, en su labor al frente de la Dirección General de Impuestos Internos, ha logrado hitos significativos.

No solamente se trata del aumento de las recaudaciones, que su primera labor, sino la puesta en marcha de mecanismos de adaptación a las nuevas tecnologías y a los nuevos métodos de evasión fiscal, como consecuencia de la prestación de nuevos servicios que jamás se contemplaron en las aproximaciones futuristas de los ingresos estatales.

Por ejemplo, los servicios de AirBNB, que resultan un modelo nuevo de alojamiento en apartamentos y casas, para quienes viajan, evitando los altos costos de los hoteles, y no pagando impuestos ni los que prestan el servicio ni quienes los reciben. Ha dicho Magín Díaz que los hoteleros están muy interesados en que se coloquen impuestos a esos “novedosos servicios”. Hay en Santo Domingo edificios de apartamentos amueblados, destinados exclusivamente al alquiler por internet de los mismos, y están libres de impuestos.

O los servicios de televisión y cine vía streaming que vende la empresa Netflix, que tiene miles de suscriptores que pagan en dólares una mensualidad por suscripción y a los que el Estado no cobra un solo centavo, cuando ya hay países que tienen fórmulas de cobro de esos impuestos: Vía las tarjetas de crédito o vía la designación de Netflix como agente de retención. El director de la DGII ha dicho que las negociaciones están en marcha.

Otro servicio que ha sido ampliado y que se paga vía streaming es el de música, a través de My Music, de Apple, o Spotify, que es el más popular y que ofrece millones de artistas y canciones por un pago mensual a los usuarios, y que en República Dominicana no se cobra nada para el Estado. O los servicios de transporte por la aplicación de Uber. Es una compañía que gana millones de dólares en todo el mundo, que ha supuesto un nuevo y eficiente negocio, pero que no paga impuestos, por lo menos en la República Dominicana.

Pero como hay evasión, la DGII ha realizado 34 sometimientos judiciales, con procesos penales incluidos, a evasores que se han negado a llegar a acuerdos y a pagar los impuestos correspondientes. En la gestión de Magín Díaz se han hecho tres veces más sometimientos por evasión que los que se hicieron en toda la historia de la entidad hasta su llegada a la entidad estatal recaudadora de los impuestos.

Y hay mucho más. La DGII ha aumentado su capacidad de detección de los fraudes porque ha creado nuevos departamentos, porque ha aumentado su personal y capacitado en áreas que en el pasado nunca se atendieron. El proyecto de trazabalidad, por ejemplo, que tendrá una aplicación para que los adquirientes de productos puedan determinar si son falsos o tienen elementos de ilegalidad, y puedan denunciarlo mediante una aplicación que tendrá en pocas semanas la DGII.

Y aunque pueda resultar paradójico: Ahora la DGII tiene acceso al sistema bancario, y a las cuentas de empresas y personas, y conoce las empresas que declaran pérdidas de forma permanente, cada año, con propietarios son son muy ricos. Y comienza  conocer quiénes utilizan testaferros para esconder bienes y no pagar impuestos. Y resulta que hasta cuando ocurren divorcios la DGII se entera, porque uno de los miembros de la pareja lo denuncia, que el otro tiene un procedimiento para evadir impuestos. Poco a poco se aprende.

En el 2019 la DGII recaudó 483 mil millones de pesos, 52.4 mil millones de pesos más que el año pasado, lo que representa un crecimiento en las recaudaciones de 12.2%. Mensualmente la DGII ingresó 40,255 millones de pesos.

Las reformas que se han realizado, y que siguen en marcha, indican que la DGII está siendo bien dirigida y está enfocada en alcanzar sus objetivos: aumentar los ingresos estatales, y lograr combatir la evasión fiscal, que merma la capacidad pública para resolver grandes problemas nacionales.

Es grato saber que una institución del Estado, que maneja tantos recursos, marcha profesionalmente, califica y aumenta su propia capacidad, y se preserva fuera de la diatriba y la maledicencia. Muy bien por Magín Díaz y su equipo. Todo el mundo debe suponer que alcanzar estos logros no ha sido fácil.