La Junta Central Electoral ha debido agilizar la promoción educativa sobre las formas de votación que se pondrán en vigencia en las elecciones del domingo 16 de febrero próximo.

En los municipios con mayor población se utilizará el voto automatizado, con equipos electrónicos y digitales que ya han sido probados y auditados. Los lugares donde se votará de esta forma representan el 62 por ciento de los votos.

El otro sistema de votación será el tradicional, con boletas que se marcarán, y se echarán en una urna, hasta finalizar la votación, cuando se contarán manualmente. Este sistema representa una vuelta al pasado, con búsqueda manual en el padrón de votantes, entintado del dedo, y luego un escrutinio que tardará en reportarse a la Junta Central Electoral.

El padrón de electores está integrado por 7.4 millones de personas. La JCE está obligada a llegar este ese universo de ciudadanos, con los diversos medios que tiene disponible, para explicarles cómo votará cada uno. El personal que estará en los colegios electorales igualmente habrá sido entrenado para ofrecer las explicaciones, respetando los derechos de cada uno, incluyendo el secreto del voto, de modo que no haya errores en el momento cumbre del proceso electoral.

Lo lamentable es que la JCE no ha tenido la agilidad para iniciar la promoción. Es lo que todos los observadores internacionales y nacionales le han recomendado. Tiene que acelerar el proceso informativo y de educación de los ciudadanos. Eso no implica descuidar ninguna de las áreas en las que se encuentran concentrados los miembros titulares de la JCE.

Hubo presión con las auditorías a los equipos de las primarias del 6 de octubre y la de los equipos que se utilizarán este 15 de febrero. Hubo presión con las boletas y los números que se asignaron a los partidos, y la consecuente impresión de los votos, para los lugares donde se utilizará el sistema tradicional. Toda la logística que implica un proceso electoral como el que tenemos absorbe tiempo y recursos. Es lo que le falta a la JCE.

La JCE debe desconcentrar las decisiones, delegar a los departamentos correspondientes el rol que les toca con los contratos y acuerdos con las empresas publicitarias. Se entiende que ya esto ha avanzado, pero si no es así, corresponde hacerlo ya. Por el bien del proceso electoral. La información y la explicación a los ciudadanos de lo que corresponde hacer en las votaciones el próximo 15 de febrero debe ya estar en marcha. Eso ayudará a despejar las dudas. Nuestra educación democrática y electoral tiene muchas fallas. Debemos fortalecerla. La JCE tiene esa responsabilidad, y le toca ocuparse de que esos datos lleguen a todos los que integran el padrón electoral.