Por los resultados de las elecciones de este año en la República Dominicana, con la derrota del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la victoria de una organización nueva, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), reputados estudiosos de la política anunciaron el resurgimiento del bipartidismo.

El PRM ganó la Presidencia de la República con 2 millones 154 mil 876 votos. Su más cercano competidor, el PLD, logró  1 millón 537 mil 41 votos.

Los viejos partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) no obtuvieron un porcentaje de la votación que los equipare al PLD y al PRM.

Otro partido, surgido por la división del PLD, la Fuerza del Pueblo, tampoco obtuvo una votación que lo coloque al lado de las dos organizaciones que habrán de disputarse el poder en los próximos años. FP terminó con 365 mil 230 votos.

Sin embargo, los acontecimientos políticos ocurridos luego de los comicios están redefinidiendo la situación de los partidos políticos dominicanos para el futuro inmediato. Con la renuncia de legisladores, alcaldes y otros importantes dirigentes del PLD para juramentarse en la FP, el partido que lidera el expresidente Leonel Fernández proyecta un fortalecimiento inesperado.

Si bien no se puede afirma de inmediato que numéricamente FP supere ya al PLD, de continuar este éxodo de peledeístas hacia las filas del partido de Leonel Fernández, podría producirse la denominada "hemorragia" que no se materializó durante el proceso electoral.

Corresponde al PLD hacer una seria reflexión, ahora que trabaja en su noveno congreso, para corregir los errores y debilidades que le condujeron a las tres derrotas electorales de este año luego de 20 años de ejercicio del poder, 16 de manera consecutiva. No es solo que perdió el poder, sino que un porcentaje muy importante de sus votantes más leales se cruzó de brazos. Esos votos no se fueron hacia FP ni al PRM, simplemente no se materializaron. ¿Desencanto? ¿Pérdida de confianza en el partido que siguieron por tantos años?

Mientras tanto, sin que se lo proponga, el PRM saca ventaja de la lucha entre el PLD y FP, pues la debilidad de su más fuerte opositor le viene como anillo al dedo, en momentos en que los dirigentes y directivos del partido de gobierno han dejado a un lado la política dura para ocuparse de sus responsabilidades en el Estado.

Habría que preguntarse si la República Dominicana volverá al tripartidismo que vivió desde mediados de los años ochenta, protagonizado por el PRD, el PRSC y el PLD. Fue así hasta el año 2000, cuando el PRSC empezó a disminuirse, dividido en varios grupos y convertido en pequeño partido para sumarse a las alianzas con partidos con mayores posibilidades de competir por el poder. Luego el PRD transitó un sendero parecido, y hoy enfrenta una dura crisis interna.

O talvez alguna de las opciones partidarias no tradicionales crezca y desplace a uno de los "grandes".  Ojalá se animen y hagan lo necesario para crecer AlPaís, Frente Amplio, El País que Queremos y otros partidos y movimientos políticos.